viernes, 28 de octubre de 2016

Flores Asesinas!

Octubre, 2016

Apenas he podido escribir, pero...se debe sobre todo a que quiero pasar el mayor tiempo posible disfrutando de todo. Ya tendré tiempo para escribir más adelante...o eso espero...


Por lo general, cuando no hemos estado de viaje, pasamos el resto del tiempo en Ventormenta u Ocaso.
Hay mucho trabajo en el puerto, pues, pese a que nosotros solo viajamos en ciertas ocasiones, el resto de barcos deben estar activos para generar ingresos que paguen su mantenimiento.



La ciudad sigue como siempre...pasa de todo, literalmente, pero aún así es agradable acercarnos al banco del parque y sentarnos a charlar con el resto, luego de la jornada.
El asunto con "La Rubia" se ha normalizado, aclaramos todo y parece haberlo aceptado, también. Aún no me acostumbro demasiado a tener que rendirle cuentas de lo que hago a otras personas, pero...merece la pena.
Lo que si fue una sorpresa fue el viaje que hicimos a Baldíos...en parte por la demostración del poco control que tengo, y por otra, porque como siempre, no fue tan tranquilo como suponíamos.


Durante la travesía, "La Monje"hizo una especie de ritual en el que ayudó a dos de los pasajeros a lidiar con sus temores, pero cuando lo intentó con "La Paladina"...la cosa no fue nada bien. Tuvo que parar y luego se sintió bastante mal con el asunto...al menos parece ser algo que ya ha olvidado, y en el fondo, hay que pensar en que ayudó a dos de tres, lo que está bastante bien.


Llegamos a los baldíos y, mientras esperábamos por nuestras monturas, nos llegó el rumor de que alguien pagaba una suma cuantiosa por acabar con un dragón. Investigamos el asunto, porque claro, un extra en los viajes cuando dispones de tanta gente siempre viene bien...pero al final resultó ser un orco con una historia dramática poco fiable, y descartamos el asunto.
Pero aunque me gustaría decir que la historia del dragón terminó ahí, no fue así...


En pleno camino, encontramos a un no-muerto auto reparándose...de forma algo desagradable, aunque tristemente no es lo peor que he visto.
Nos habló de que su amigo elfo estaba en el oasis, el mismo donde el orco decía haber visto el dragón y los parroquianos de la taberna de Trinquete afirmaban que había un kodo.
Pretendía que lo ayudáramos, y lo habría hecho de haber ido sola...pero con  "El Busca Pleitos" queriendo separarle la cabeza de los hombros, los tripulantes a mi cargo y demás, preferí centrarme en el objetivo y por una vez, pasar del asunto.
La situación fue algo tensa, ya que el no-muerto se puso algo pesado, pero...al menos no corrió la sangre y pudimos seguir con nuestro camino.


Nos alejamos del oasis en cuestión y seguimos el sendero...que por culpa del cataclismo terminaba en una enorme falla. Por desgracia el mapa que llevaba no había sido actualizado, así que...no estaba previsto.
Intentamos rodearla, probando por el lado contrario al que llevaba al oasis...y  terminando en otro, aunque éste, estaba completamente vacío a excepción de algo que llamaba mucho la atención; Unas extrañas flores con forma de manzana llenaban toda la zona.
Nos quedamos mirándolas, con curiosidad...hasta que empezaron a aparecer blanquecinas esporas, de la nada. Las flores parecían engullirlas...si, esa es la palabra...y mientras nos llenábamos con esas cosas, decidimos galopar con las monturas y guarecernos en la cueva que se veía a lo lejos.



Nos sentíamos relativamente seguros dentro de la cueva...hasta que encontramos el cadáver.
Un esqueleto acompañado por su diario nos recibió al fondo de la cueva. En el escrito, parecía indicar que las flores le hablaban y...que se había dado al canibalismo, o esa fue la impresión que me dio lo que leímos. Sea como sea, decidimos que nadie saldría de la cueva hasta el mediodía, pues en el diario también decía que la luz debilitaba a las flores, o algo así.
Monté guardia mientras el resto dormía, y pese a la posible amenaza, la noche fue...agradable.



Lo que no fue agradable fue el día. Yo tuve que separarme del grupo para ir a por la caravana con el armamento a entregar, y al resto les pasó algo...desagradable. Al parecer, a "La Maltratada" se le había enganchado una de esas odiosas flores en el pecho, y presa del pánico había huido.,.justo hacia el oasis en el que nos decían que había un dragón.
Por lo visto, se encontraron con el elfo amigo del no-muerto, quien también tenía una flor en el pecho. "La Paladina" intentó quitársela con luz, y funcionó, el elfo le dio las gracias y todo...antes de explotar en plan bomba.
No me quiero ni imaginar la cara de la pobre...
El grupo se reunió conmigo luego de eso, y conseguimos extirparle la flor a "La Maltratada" con ayuda de los consejos del no-muerto, que se acercó a nosotros lo justo para decirnos eso.
Volvimos a separarnos una vez la curamos, pues no parecía poder seguir, y utilizamos el puente de cuerda doble que había estado improvisando con los marineros que vinieran con la carreta.
Pusimos rumbo al fuerte...y nos topamos con otro cadáver, aunque éste no hablaba.


Tenía una nota que parecía ser una amenaza. Era algo confusa, pero lo entendimos todo en cuanto llegamos al fuerte. Estaba bajo asedio de piratas.
Hablamos con el capitán, y tras explicarnos que los piratas habían secuestrado a su hija, y que nos pagaría una buena suma por ayudar, nos fuimos a descansar para lo que nos esperaría a la mañana siguiente.



Nos dirigimos a la hora prevista hacia el campamento de los piratas...encontrándonos por el camino con un gnomo al que "Busca Pleitos" pateó cual pelota, y que luego nos siguió.
Al llegar al sitio, el mismo pateador fue secuestrado...tuvimos que dividirnos nuevamente.
Los miembros de la compañía conseguimos salvar a un par de soldados que estaban a punto de ser ejecutados, y el resto del grupo se encargó del rescate.
Luego de la inevitable lucha, regresamos al fuerte, para encontrarnos con la verdad...


Tuvimos que enfrentarnos a explosiones para entrar a una de las torres, y una vez arriba, nos encontramos con el capitán...
Todo había sido una trampa, pues al volver al fuerte nos habíamos encontrado con todo derruido y tomado por ellos.


La batalla fue...complicada. Aunque me perdí la mitad, ya que acabé con un tiro y la herida de otro que me rozó.
"El Pistolero"...terminó cargándome en brazos y sacándome de allí...y...a ver...entiendo que estaba para el arrastre, porque yo misma me sentía por dentro como si solo quisiera dejarme caer y olvidarme de todo, pero...aún así...
Dioses...ni si quiera puedo escribirlo...me cuesta horrores ceder en ese sentido...
En fin...al final el asunto acabó "bien", o todo lo bien que se pueden acabar estas cosas.


Terminamos todos en el campamento de La Hojarasca, que era a donde nos íbamos a dirigir luego del fuerte...y "El Pistolero" se empeñó en curarme. No lo admitiré ante nadie más, pero...realmente fue un alivio. Reconozco que mis métodos no son los más...agradables.
Estuvimos algunos días más en el campamento, cumplimos con el resto del encargo, y luego...regresamos a casa...al fin.