domingo, 31 de enero de 2016

El Ninja!

Enero, 2016

Aunque no era eso lo que esperaba oír, no debería haberme sorprendido tanto al escucharlo...


Me encontraba hablando con "La Capitana" cuando un mensajero se acercó a mi a toda prisa, me entregó la carta y salió disparado. Era de un conocido elfo, el mismo que escuchara sobre el diario que había leído "El Bibliotecario" hace ya un tiempo. En ella me decía que necesitaba hablar conmigo urgentemente, que era cuestión de vida o muerte y que estaría esperándome en la entrada al tranvía, en Ventormenta. No perdí más tiempo y creé un portal, pues mi compañera se vino conmigo.


Se me hizo extraño estar allí...hacía mucho que no volvía, y después de ver solo la violácea Darnassus y Forjaz con su calidez, ésta me pareció extrañamente fría y descubierta...curioso. Fuimos tan rápido como pudimos al lugar acordado, en el que efectivamente, nos esperaba el elfo. Pero para mi sorpresa, tras pedir que lo siguiéramos, nos condujo a una zona del tranvía en la cual nunca había estado. Por lo visto es un tugurio de peleas...pero no creo que fuera la mejor opción, pues el ruido hacía difícil seguir la conversación.


Nos sentamos y allí me lo dijo...un elfo, de blancos cabellos y considerable altura me estaba buscando. Me entregó un papel con un dibujo, en él se veía una humana morena, de cabellos largos y ondulados...pero sinceramente, no estaba demasiado bien hecho, por lo que su presunción de que era yo no me habría afectado tanto si no me hubiera hablado antes del elfo. Según me dijo, el individuo conocía los lugares que frecuento, y estaba interesado en tenderme una trampa en la taberna...o eso me comentó. Sinceramente, entre el ruido y mi nerviosismo no conseguí entenderlo bien. Mientras mis manos temblaban y sentía la sequedad en mi garganta, les pedí salir de allí, a un lugar más tranquilo. Captaba el ruido de la multitud muy distinto a cuando entrara...cada gesto me alteraba, tantas siluetas me hacían buscar entre ellas a la que ya conocía...era como si algo fuera a atacarme desde cualquier parte y si no salía de allí creía desmayarme por primera vez en mi vida...al menos sin estar herida. "La Capitana" dijo conocer tramos de la estación sin usar, y siguiéndola traté de mantener un paso tranquilo, aún cuando todo lo que mi cuerpo pedía era salir corriendo de allí.


Cuando estuvimos en el lugar, pude calmarme un poco, aunque mantuve el sombrero con capucha que me pusiera en el bar, tras escuchar las noticias. Terminé contándoles todo lo que sabía sobre el elfo...mi paso por Draenor, las heridas que me hizo...y cuando nuestro compañero elfo se marchó, a "La Capitana" le conté incluso acerca de la nota y la rosa...y me alegra haberlo hecho, no solo porque creo poder confiar en ella, sino porque llegó a una conclusión a la que mi asustado cerebro no había llegado, la nota la encontré justo cuando combatí en el torneo, lo que significa que el elfo pudo haberse enterado de mi ubicación gracias a éste. Eso me tranquiliza un poco, lo hace más...real, todo. Le quita en cierto modo ese aire de omnipotencia que en mi mente le había otorgado.
No conseguí convencerla para que se olvidara del asunto y lo evitara, al contrario, se implicó más. Me propuso ir a ver al goblin que conociera hace ya tanto tiempo, en Puerto Menethil, y hablarle sobre la rosa. Accedí sin dudarlo, pues toda información es poca, pero no fuimos solo nosotras dos...


"El Señor del Puzzle", con el cual nos encontramos al salir de la zona del tranvía, se unió también. Claro que no le contamos nada sobre la historia, tan solo le dijimos que una amiga se había encontrado un extraño objeto en sus viajes y que nos parecía buena idea llevárselo al goblin. La condición era que esperase fuera, pues el amigo de "La Capitana" era demasiado desconfiado...lo que por otra parte, pienso que es verdad.



Alquilamos un vuelo que nos llevaría hasta Bahía del Botín, haciendo escala en Villa Oscura. Una vez allí, fui hasta mi casa...ellos me acompañaron. Reconozco que me costó lo mío abrir el compartimento secreto sin que lo vieran, tuve que meterme prácticamente del todo en el armario, y al mantener las puertas todo lo cerradas que podía, apenas entraba luz. Pero tras varios intentos, conseguí sacar la rosa.


Una vez listos, volvimos a separarnos del suelo, esta vez con rumbo a Bahía del Botín. Cuando llegamos fuimos directos a ver al goblin, pero para mi eterna decepción, no fue capaz de encontrar nada extraño en la flor. Tras examinarla con detenimiento, me recomendó visitar a un druida que supiera del tema...no pude ocultar mi decepción, sobre todo ante el escepticismo mostrado por el bicho, que no creía que la sanación hubiera sido producida por la rosa, diciendo que según él ésta tan solo había sido rociada con algún tipo de...no se muy bien qué dijo, que la mantenía intacta...a ver, a mi también me parece muy extraño, pero es demasiada coincidencia...


Cuando íbamos a salir, el goblin le pidió a "La Capitana" que no le robara unos polvos. Esta negó la acusación, pero al caersele la bolsita de su bolsillo, quedó todo bastante claro. Cuando salíamos ya por la puerta, de echo ella estaba ya fuera, el bicho me dijo que me quedara un momento. Me dio una pequeña dosis de los polvos que tratara de robar mi compañera, pidiéndome...bueno, exigiéndome que no le dijera que me los había dado amablemente, sino que los había robado...al parecer este goblin se preocupa realmente de ella. E incluso me contó un par de cosas sobre su pasado que me dejaron sorprendida...
Cuando se cansó de responder a mis preguntas, le faltó echarme de una patada, así que preferí irme por mi cuenta antes de que cerrara la puerta con un fuerte golpe.


"El Señor del Puzzle" parecía haberse quedado embobado mirando el océano, por lo que "La Capitana" y yo fuimos a tomar algo a la taberna mientras él seguía con lo suyo. No tardamos en regresar a Ventormenta para tomar el barco que nos llevaría a Darnassus.


Tengo que decir que durante todo el trayecto, sentí algo extraño...y no solo eso, escuchaba un ruido la mar de raro...similar al chasquear de una rodilla cuando la doblas...


Una vez en la capital elfa, el ruido persistió, pero traté de ignorarlo, aunque la sensación de estar siendo observada me siguió hasta la taberna, donde no estuvimos mucho. Como el ambiente estaba algo muerto, le propuse a mi compañera ir al cementerio, el lugar en el que estábamos antes de partir...creo que ya lo he comentado antes, pero esos lugares me calman, y con la posibilidad del elfo de Draenor buscándome, la calma era una especie de utopía para mi.


Nos encontramos con "Pelo Bonito" por el camino, y justo cuando nos sentábamos, un extraño hombre salió a nuestro encuentro. Apenas había dicho nada cuando otra mujer, a la cual mis compañeras parecían conocer, se nos unió. No quiero extenderme en esto, así que resumiré el encuentro: el extraño del sombrero afirmaba habernos seguido a "La Capitana" y a mi desde Ventormenta, formaba parte del Shadopan y lo habían mandado a buscar a los miembros de nuestra tripulación, aunque ellos pensaban que éramos piratas, para que los ayudásemos a exterminar una serie de seres, mientras quienes estaban combatiendo en ese momento se tomaban un descanso y reponían fuerzas. Nos ofreció montañas de oro como recompensa, pero la última palabra de nuestra capitana fue que, o le entregaban un castillo, o no había trato.


Al final de la conversación el hombre parecía dispuesto a conseguir ese castillo...tengo que decir que la todo fue bastante extraño, y que el hombre o tiene más paciencia que un santo, o sus propósitos son deshonestos. Mientras la elfa se repatingaba y dormitaba o leía, la que se nos había acoplado no paraba de insultar al hombre, y "La Capitana" le daba a la conversación un toque de locura que el pobre desgraciado parecía no captar. A mi me tentó mucho lo del oro, sobre todo con los planes que tengo en mente, pero al cabo de un rato me empezó a oler a cuerno quemado. Todo era demasiado bonito y muy poco claro, además, la idea de pasar un mes en Pandaria no me atraía demasiado con todo lo que tenía ya encima. No creo que haga falta decirlo, pero finalmente el extraño del sombrero se fue por donde vino, y yo quedé en enviarle una nota con la decisión final. Al poco nos dispersamos, yéndonos a descansar...y cuando estuvimos solas, "La Capitana" me confirmó que no aceptaría el encargo. Tras escucharla, no podría estar más de acuerdo...para que luego la tachen de loca...


había creado un portal a la elfa, para que pudiera regresar a Ventormenta, por lo que en cuanto me trasladé a Forjaz, fui medio zombie a la cama...caí sobre ella como si entrara en coma...

Noticia desagradable...o no?

Enero, 2016

Por lo visto, lo más llamativo de la noche no sería el camarote mancillado de "La Capitana"...


Cuando terminé de escribir, me disponía a releer una de las cartas recibidas cuando "La Capitana" subió a hacerme compañía. Me dijo un par de cosas que me dejaron confundida, pero finalmente recibí la noticia de forma directa...al parecer lo que habían estado haciendo abajo no era hablar sobre las abolladuras que tendría la pared que daba al cabecero, no...el tema era ¡El posible embarazo de "La Rubia"! Supongo que llegaron a esa rápida conclusión gracias a "El Druida", aunque lo ignoro; no obstante, con los mareos que había padecido, no me pareció algo tan descabellado.
Sobra decir que la susodicha no se tomó la noticia demasiado bien, y lo peor de todo es que los elfos estaban en plan "familia feliz" felicitándola todo el rato...sobre todo él, que no dejaba de meter la pata con los comentarios más inadecuados.
Al final la pobre humana terminó por salir del barco, seguramente agobiada hasta extremos insospechados...



La seguimos y tratamos de animarla como pudimos...aunque de nuevo el elfo siguió a lo suyo, metiendo la pata hablándole sobre lo rápido que pasa la vida y que cuando menos te lo esperas eres abuela ¡Pero quién le dice eso a alguien que ha recibido la noticia de un posible embarazo con cara de querer tirarse de un barco! Desde luego parece haber pasado sus miles de años encerrado en una cueva.
Al final "La Rubia" terminó por marcharse...espero que se levante mejor por la mañana. Esto a sido la guinda de un pastel ya de por si desagradable...
Los elfos, "La Capitana", y yo, intercambiamos opiniones opuestas sobre el tema, pero decidimos irnos a dormir a la vista de que no sacaríamos nada en claro.
Yo, por mi parte, he regresado a Forjaz, sigo sintiéndome más segura al dormir aquí...esta ciudad me gusta bastante, es cálida y acogedora...y el hecho de que no esté al descubierto hace que duerma más tranquila. Quizás no debería volver al Bosque del Ocaso, sino plantearme comprar una casa aquí. Es una ciudad tranquila y se encuentra cerca de Ventormenta...bueno, ya veré. Por ahora lo único que me interesa es conseguir dormir sin tener pesadillas con la escenita del barco...por favor, dioses, que sueñe con un grupo de elfos de sangre y no con ese par...

La desgracia de tener buen oído!

Enero, 2016

Tras volver a la ciudad, me encontré con "El Capitán", y no pasó mucho tiempo hasta que a nuestro alrededor estaban casi todos los miembros de la tripulación...


Decidimos ponernos manos a la obra con el tema del "Señor con Coleta", aunque admito que el proceso fue lento y tedioso...llegó un punto en el que sentí la cabeza como si me fuera a estallar...a ver, habíamos decidido qué hacer, pero aún así seguíamos sin hacer nada, discutiendo lo mismo una y otra y otra y otra y otra vez...
Al final me harté y opté por empezar mi parte del plan antes de que se me cruzaran los cables; "La Rubia" y yo debíamos encontrar al "Señor con Coleta" y tratar de convencerlo para que viniera con nosotras a realizar el ritual en el santuario, mientras los demás nos esperaban en la taberna, preparados para tomar medidas más..."extremas"...en caso de que se negara. Así pues, me marché junto a mi compañera en busca del huargen, mientras iba repasando el paso siguiente por el camino. El ritual no era algo sencillo de hacer, había que utilizar a alguien puro de corazón, que podría morir en el proceso, y el "Señor con Coleta" debería perdonar...supongo que esta última parte hacía referencia a si mismo, pero si soy sincera no lo recuerdo.


Pensamos que lo encontraríamos en la posada...pero no fue así, allí no había nadie. Intentamos no desanimarnos, y fuimos al Templo de Elune, dado lo mucho que le gusta ese sitio, no sería extraño que estuviera en ese lugar...aunque no me apetecía mucho visitarlo, y menos con "La Rubia", después de la escenita vista con la draenei...pero no estuvimos mucho allí, pues tampoco se encontraba en el templo.



Nombre el árbol donde se refugian los huargen, y decidimos probar suerte. La tensión de "La Rubia" era ya palpable, y me hacía una idea de lo que estaba pasando por su cabeza. Cuando estábamos ya en la zona, y seguíamos sin verlo, ella recordó la cueva en la que estuvo de pequeño. Solo había ido una vez, y se encontraba en el bosque, pero visto lo visto, no teníamos nada que perder. Así pues, aproveché el hipogrifo que alquilara para desplazarme por Costa Oscura y Frondavil (lugares que visitaríamos a la hora de realizar el ritual). Fuimos ambas sobre él...pobre bicho...


No se durante cuanto tiempo estuvimos dando vueltas por esos bosques, pero si por la tarde había disfrutado del paseo, con este sentí lo opuesto. No solo terminé mareada de buscar la dichosa cueva entre los árboles, sino que "La Rubia" iba a explotar en cualquier momento. ¡Y no me extraña! Un día tu novio tontea con una draenei, llegando incluso a recibir un beso de ésta, y al día siguiente no hay ni rastro de él...si no pensara mal, sería tonta.
Al final, después de perdernos un par de veces más, logramos hallar la cueva.


Estaba medio elevada, e ignoro como sería por dentro, pues yo esperé fuera mientras mi compañera la revisaba. Mientras aguardaba en el exterior, me pregunté las razones para que no me quisiera dentro ¿Sería ese su nidito de amor? Se que me dijo haber visitado la cueva solo una vez, pero bien podría haberme mentido...quizás en la ciudad no les gusta hacer ciertas cosas...los cambios de forma en algunas situaciones siguen siendo un poco tabú...
Por suerte para mi, "La Rubia" no tardó en salir, cortando de ese modo lo que sería sin duda un flujo de imágenes que me harían tener pesadillas. El huargen tampoco estaba allí...
Seguimos buscándolo por el bosque, por si se hubiera puesto a dar uno de sus paseos, pero no aguantamos mucho hasta que tuve que detener el hipogrifo. El pobre necesitaba descansar un poco, algo evidente cuando se lanzó hacia el agua tan pronto como posó sus patas en la tierra.


Y no era el único que necesitaba un descanso, "La Rubia" por poco se da de bruces contra el piso. Al acercarme a ella, me aseguró haberse mareado por el vuelo, pero yo creo que tenía más que ver con el estrés de la situación. Han sido demasiadas cosas las que ha vivido en estos últimos días, y entre el hermano traicionero y el prometido casquivano...bueno, la pobre tiene bastante, dejémoslo ahí. 
Al final regresamos a la ciudad, pues estaba claro que en el bosque no hacíamos nada...pero ninguna nos esperábamos lo que encontramos...mientras nosotras escudriñábamos el Teldrassil en busca del "Señor con Coleta", nuestro fiel grupo de compañeros, aquellos que tendrían que encargarse del plan "B" si todo fallaba, habían estados ocupados en otra tarea igual de noble.


Se habían cogido semejante cogorza, que terminaron todos en el lago mientras llovía a cántaros...en serio, estaban como cubas. Menuda seriedad, tardamos más de la cuenta en encontrar al huargen, y no se les ocurre otra cosa que beber como locos hasta terminar así. El único que parecía estar sobrio era "El Capitán", que por cierto casi se da un par de tortazos con el enano...sinceramente, yo estaba demasiado cansada como para ver el mismo espectáculo que tengo todos los días en "El Cerdo Borracho", así que me di media vuelta y enfilé hacia la taberna. En la entrada me quité tanto la toga como la capucha que me había pasado por encima al ver la lluvia, dejándolas allí para que se secaran.


Al principio solo estuvimos unos pocos, pero en un rato nos fuimos juntando, hasta decidir que seguiríamos mejor en el barco de la tripulación. De todos modos, ya era obvio que el huargen no iba a aparecer, y sin él, el viaje carecía de sentido. Por lo que para alegría de "La Capitana" trasladamos la reunión al navío. Para alegría de ella, pero no mía...aunque yo eso tardaría en saberlo...



En el barco todos pudimos entrar en calor...unos más que otros...y disfrutamos de bebida y buena compañía,; yo incluso pude cambiarme de ropa. "El Primo del Señor del Puzzle" se nos unió, y ahí fue cuando "El Druida" nos contó realmente de lo que iba el ritual. Yo sigo pensando que no existe nadie puro de corazón, sobre todo porque la pureza es relativa, pero en fin, será algo élfico...
"El Druida" terminó metiendo la pata con sus comentarios y molestando a "La Rubia", tendrá más de mil años, pero desde luego posee el tacto de un Elekk. Al menos sabe pedir perdón, y eso fue lo que hizo en cuanto se dio cuenta de su error. Salió a la cubierta, tras la humana, y se disculpó con ella, ofreciéndose incluso a arriesgarse en la parte difícil del ritual. Tras quedar bien, tanto él como "Pelo Bonito" regresaron al interior del barco. "La Capitana", "La Rubia" y yo nos quedamos hablando...sobre todo el "Señor con Coleta"; él y mi compañera han sido el cotilleo del momento...no quiero ni pensar en lo hartos que tienen que estar de que nos metamos en sus vidas...
Al final optamos por regresar al barco...y en qué momento...


Intentamos hacernos los locos, intentamos hablar, intentamos evadirnos...pero nada, absolutamente nada conseguía callar los gemidos, gritos, golpes y palabras perturbadoras que salían del camarote de la capitana...lo peor era reconocer las voces a la perfección...aún recuerdo algunas de las frases que me hicieron querer morir ese día...

"Vamos, ven aquí...que te voy a dar lo tuyo"
"Te voy a poner...todo el...vial de...Illidan dentr..."

No puedo...¡ni si quiera puedo escribirlo! Lo peor es que "La Capitana" se pensaba que hablaban de sus viales, los que tiene en el camarote...entre los gritos, las frases, las nalgadas que se escuchaban y los sonidos del pobre colchón, poco me faltó para tirarme por la borda. Lo único que me retuvo allí fue "La Rubia", que estaba mareada, pero estuve a punto de cargármela al hombro y escapar con ella, todo con tal de no escucharlos...


Cuando salimos al fin de allí, sentí la fría brisa como un bálsamo...el que no lo sintió así fue "El Primo del Señor del Puzzle", que terminó por transformarse y marcharse...prefiero no ahondar en las causas de su transformación...
"La Rubia" seguía encontrándose mal, hasta el punto de tener que sentarse, y yo estaba preparándome para obligarla a buscar un sanador, cuando los dos elfos salieron al exterior, ambos evidentemente satisfechos con el trabajo realizado...temerosa de que quisieran comentar "el partido", salí corriendo a la zona del timón, subiendo las escaleras como si me persiguiera el mismísimo Sargeras. Y aquí estoy...escribiendo y esperando un tiempo prudencial para bajar...mis oídos ya han tenido bastante por esta noche...

viernes, 29 de enero de 2016

Cazando en los Bosques!

Enero, 2016

Al final, ni la mañana ni la tarde fueron tan solitarias como esperaba...


Poco después de entregar la carta al mensajero, decidí tomar algo en la taberna. En mi camino hacia allí, me topé con el cazador que conociera en Dolanaar, que decidió acompañarme. Me contó acerca de sus renovados problemas con las arañas del lugar, y ofreciéndome a ayudarlo, acordamos vernos más tarde a las afueras de la ciudad. En cuanto se marchó, fui en busca de mi petate, intentando encontrar algo para ponerme, más acorde con los bosques y la caza. Una vez lista, regresé a la taberna...no importa en qué lugar esté, estos sitios parecen ser imanes de gente. Acababa de terminar mi zumo de melón cuando "El Capitán" entró al edificio. Lo invité a sentarse conmigo y pasamos un agradable rato charlando acerca de varias cosas, entre ellas, el drama de la pasada noche. Pero cuando creíamos que llevaríamos la impronta del duro asiento de forma permanente, optamos por dar un paseo.



Terminamos sentados junto al Roble Quejumbroso. Suelo ir allí de vez en cuando, y la tranquilidad de sus aguas rivaliza con su belleza...aunque en verdad todas las aguas aquí parecen tranquilas...
Le recordé el viaje a Uldum, y me volvió a confirmar su participación...espero con ansias el día en que lo realice, ojalá y todo salga como espero.



Le advertí sobre el uso de placas en el desierto, pero tal y como esperaba, se mostró reticente a renunciar del todo a su uniforme. No entiendo la obsesión que tienen los hombres de armas por ellos, al fin y al cabo, son solo prendas. No es como si perdieras el rango por usar tan solo telas...
De todos modos terminó aceptando que lo mejor sería pasarse al cuero, y juntos fuimos a conseguirle algo adecuado.



Tras la compra, seguimos con el agradable paseo, terminando en la zona de las barcas que visitara el día en que el torneo dio comienzo. Nos montamos en una y paseamos por el lago...fue muy agradable, la verdad, no pensé que me gustara tanto. Normalmente las barcas no son lo mío...recuerdo una vez en concreto en la que me subí a una barca, y apresurándome en mi intento por observar mejor un lado del paisaje, terminé volcándola...junto con todos sus pasajeros...no me hice precisamente popular con eso...
Cuando decidimos haber tenido suficiente, nos acercamos a la orilla y tratamos de descender sin hacer el ridículo...supongo que ambos pensábamos en cierta caída...


"El Capitán" tuvo que irse, y despidiéndose de mi con un beso en la mejilla, nos fuimos cada uno por su lado. Yo, por mi parte, me dirigí a la entrada de la ciudad, donde había quedado con el cazador a esa hora, pensando en el similar beso que me diera "La Rubia" antes de marcharse ayer. Creo que podría llegar a querer a esa humana como si fuera realmente de mi familia...y teniendo en cuenta la poca familiarización que tengo con ese concepto (nunca mejor dicho) no sería tan raro...


El resto de la tarde fue muy interesante. Pude ver de primera mano cómo es el trabajo de un cazador...bastante duro, la verdad. Ha de matar a sus presas de modo que no estropee la piel para venderlas, e intentando no ser demasiado cruel con el animal...tras varios disparos, entendí el porqué del uso de flechas.
Mientras él buscaba animales útiles para su oficio, yo me encargaba de los peligros aledaños que pudieran entorpecer la jornada.


Y lo mejor de todo ha sido, que tras ayudarlo, me ha invitado a una deliciosa cena a la agradable luz de la hoguera. Creo que nunca he probado una carne asada que supiera mejor...a excepción quizás, de las viandas ofrecidas por los elfos durante el torneo, pero claro, esos festines son insuperables.
Él está a punto de marcharse, y yo no creo que me vaya a quedar mucho rato más. Iré a la ciudad a ver si encuentro a algún miembro de mi tripulación; debo informarles acerca de las intensiones que tiene "El Capitán" de unirse a nuestro posible viajecito a Frondavil...bueno, y me gustaría averiguar también si dicho viajecito va a realizarse o no...en fin, será mejor que me vaya pronto...