sábado, 16 de enero de 2016

La Mansión de los obstáculos!

Enero, 2016

Aunque se me hizo tarde, conseguí llegar a tiempo para encontrarme con el resto del grupo...


Ya estaban listos para salir de la ciudad, por lo que una vez más me tocó embarcarme en un robo sin apenas información. Invité a la "Enana del Rifle" al asunto, y aunque desinformada, también accedió...se ve que somos muchos los que necesitamos oro.
El viaje hasta Bosque del Ocaso se me hizo algo pesado, pero soportable. La poción que me tomara antes de ir empezó a hacer efecto en cuanto llegamos. Aunque reconozco que la zona no me era muy conocida...era uno de esos lugares del bosque contra los que mi Abuela me había advertido.



Decidí ocultar mi rostro con un pañuelo, si ya se fían poco los lugareños debido a mi parentesco, no quiero ni imaginarme si me ven entrando a una casa que no es la mía con un grupo de desconocidos...
Tengo que reconocer que nos costó un poquito acceder...un imponente portón de hierro nos impedía el paso...lo bueno es que solo estaba siendo vigilado por un guarda anciano.
Aunque eso no significa que la cosa fuera fácil. Primero "La del Rifle" trato de camelárselo (o eso me pareció), pero ante la indiferencia del mismo, "Busca Pleitos" decidió entrar en acción...en plan bruto, para variar. No voy a repetir aquí la expresión que utilizó, pero baste decir que yo soy el anciano y le incrusto una bala entre ceja y ceja.
La cosa fue de mal en peor desde aquí, "Busca Pleitos" alegó tener la imperiosa necesidad de...hacer de vientre, a lo que el anciano le respondió que se fuera al bosque. Otros trataron de seguir por ese camino y...en fin, como era de esperar no sirvió de nada.
Finalmente, el ingeniero pareció tener una idea racional.


Afirmó haber sido llamado por el señor de la casa con el objetivo de reparar una avería urgente...tuvimos suerte, y el anciano picó. La enana dijo ser su "asistente", encargada de cuidarle las espaldas a lo largo del bosque y pudo continuar con él.
El problema es que el ingeniero parecía haberse olvidado de nosotros, y tanto él como "La del rifle" se perdieron en el camino, dejándonos a nuestra suerte.
Fue "Compradora Compulsiva" quien nos ayudara a traspasar el portón, ya que tras decirle al anciano que había sido requerida por el señor (no quiero ser mal pensada, pero me imagino lo que creería el hombre...) lo distrajo lo suficiente como para colocarse tras él y hacerle creer que lo amenazaba con una daga.
De este modo, pudimos emprender camino, con el aterrorizado anciano a la cabeza de la marcha.


No fue hasta que llegamos a los pies de la casa, que empezaron los verdaderos problemas...
Dos guardias se apostaban a cada lado de la puerta, y por mucho que el ingeniero intentara engañarlos, finalmente tuvimos que usar la violencia.
Una vez más, "Busca Pleitos" se lanzó el primero, dispuesto a comerse el mundo...solo para comerse un tortazo...o un porrazo, la verdad es que no lo recuerdo. Yo aproveché la distracción para dirigir un orbe arcano hacia el otro individuo, impactándole de lleno en el pecho.


Pero la pelea no acabó ahí, hicieron falta más golpes, porrazos y cuchilladas para derribar a los dos hombres...sin embargo lo que más se destaca en mi memoria son dos cosas:
- El ojo que la "Compradora Compulsiva" le destrozó a uno, produciendo un desagradable "PLOP".
- Y la impresionante pedrada que lanzó "La Rubia"...en serio, esta chica tiene un don para lanzar piedras...
Con el camino libre, fuimos hacia la puerta, confiados en que al menos dispondríamos de unos pocos minutos de tranquilidad, pero nada más lejos de la realidad. En cuanto "Busca Pleitos" se acercó al umbral, la puerta se abrió y una alfombra salió del interior, enrollándolo e introduciéndolo en la mansión.
Jamás había visto algo como eso.


Permanecimos impotentes por unos instantes, mudos de asombro...pero en cuanto reaccionamos tratamos de abrir la dichosa puerta. El ingeniero lo intentó, pero tan solo obtuvimos resultados cuando aunamos esfuerzos...la vieja madera cedió un poco...dando paso a una bandada de cuervos que parecían estar sedientos de sangre.
Pese a los intentos por cubrirnos, algunos (entre los que me incluyo) terminamos siendo picoteados; al menos esos bichos parecían más interesados en salir de allí que en nosotros, y los pequeños picotazos no tardaron en desaparecer.



Buscamos por los alrededores, separándonos un tanto...no se si los demás encontrarían algo útil, pero en mi caso tan solo hallé comida en mal estado...¡y eso que estaba mirando en las estanterías! Pero mientras seguía revisando la estancia a la par que pensaba que esa mansión necesitaba un servicio de limpieza con urgencia, en lo alto de la ancha escalera apareció un extraño mayordomo. Y digo extraño porque el hombre parecía estar sudando a mares mientras permanecía allí, quieto en lo alto...
El ingeniero, "La del Rifle", "La Rubia" y yo, al ver que no respondía cuando le hablábamos, empezamos a subir por la escalera.


Estábamos a escasos pasos del hombre cuando, sin venir a cuento, sacó un tenedor de su bolsillo y se lo clavó, finalizando su vida y rodando escaleras abajo...en ese mismo instante, las luces se pagaron, y la oscuridad engulló cuanto veíamos...
El ingeniero encendió una cerilla, pero ésta se apagó al instante...yo traté de generar una bola de fuego que alumbrara la zona, pero no lo conseguí...al final tuvimos que soportar la asfixiante ausencia de luz, mientras una desagradable risa sonaba por toda la estancia...acompañada de una voz, igual de desagradable, que no pararía de advertirnos en nuestro paso por la mansión.



Aunque tratamos de seguir ascendiendo, un líquido bajó con fuerza por las escaleras, tirándonos a su paso, y dejándonos con los traseros en el piso rodeados de oscuridad.
Cuando conseguimos orientarnos (vale, lo admito, creo que fui la única que se desorientó), volvimos a intentarlo, agrarrándonos de la barandilla siempre que podíamos.
Tras angustiosos minutos, nos encontramos todos en la segunda planta...y cual sería mi sorpresa al ver allí, tan relajado como siempre, al "Señor del Parche en el Ojo". No tengo ni idea de cómo o por qué estaba en la mansión...pero francamente, con este hombre no me sorprende andar perdida...


No hubo tiempo para preguntas, ya que todos parecían estar hablando con alguien...al asomarme un poco, vi a un pelirrojo algo delgado haciendo flexiones...
En serio, ¿Qué clase de mansión era esa?.
No voy a extenderme en esta parte, pero digamos que el pelirrojo terminó con bastante dolor de cabeza...
Seguimos avanzando por esa tortuosa mansión, acompañados de cuando en cuando por la desagradable voz.



El siguiente obstáculo a superar (la cosa parecía no acabar nunca) fueron unas escaleras en franco deterioro...aunque la extraña voz parecía en cierto modo causar el derrumbe de las mismas.
Por suerte para nosotros, el "Señor del Parche en el Ojo" pudo llegar hasta el final antes de que la vieja madera cediera, y atándose un de arnés con cuerda ( o eso me pareció que era) nos ayudó a salvar el mortal agujero.
Ya parecía faltar menos para llegar a lo más alto de la torre...pero otra vez, apareció un obstáculo. Un par de puertas de aspecto no muy resistente, que por fortuna el ingeniero y "El Señor del Parche en el Ojo" pudieron romper a cabezazos...la verdad, parecían un par de carneros de Forjaz, ni siquiera se marearon un poco al reventar la madera.
Finalmente, después del horrible paseíto por la mansión, alcanzamos el punto más alto de la torre. Y lo que ahí vi...dioses, que imagen tan...rocambolesca, grotesca y absurda.



Una tauren que parecía estar gravemente perturbada, bailaba de forma...erótica, o eso parecía pensar ella.
Evidenció que la escalofriante voz que escucháramos durante todo el recorrido...era la de ella. Jamás lo hubiera imaginado.
El bicho siguió a lo suyo, bailando de forma grotesca y soltando tonterías...se ve que "La Rubia" estaba ya harta de todo, porque arremetió contra el peludo ser intentando patearla...cuando la tauren vio sus intenciones se puso a cuatro patas bailando y dijo...móntame...creo que voy a tener pesadillas con esa imagen...
Como no quiero seguir recordando a tan desagradable personaje, resumiré el asunto yendo a la parte impactante...después de recibir un poderoso empujón por parte de la tauren, el "Señor del Parche en el Ojo" hizo caso a sus deseos y la montó...aunque en plan montura, claro...la agarró por los cuernos y como si estuviera enajenado, se lanzó con ella desde la torre.


Cuando conseguí salir de mi estupor, me di cuenta de que "Busca Pleitos"había sido desenrollado de una alfombra por "Compradora Compulsiva". Parecía estar bastante bien ( creo que nosotros estábamos peor después del paseo por la mansión), así que corrí tras "La Rubia" que había ido a buscar al "Señor del Parche en el Ojo".
Pudimos saltar sin apenas problemas los huecos de las escaleras (es mucho más sencillo cuando estás bajando), aunque admito que en cuanto mis pies tocaron el suelo, todo mi cuerpo pareció quejarse por el impacto...de no ser por las pociones que estoy tomando, me habrían tenido que sacar a rastras de allí.



Encontramos al "Señor del Parche en el Ojo" en la entrada, junto con la otra humana del grupo. Estaba hecho polvo, las cosas como son...aunque supongo que sobrevivió a la caída gracias a la tauren...tanto pelo y grasa tienen que amortiguar lo suyo. Pero parecía tener una pierna y varias costillas rotas... de todos modos no pudimos ni tomar aliento. La mansión comenzó a derrumbarse, y francamente, ignoro si alguno pudo sacar las supuestas cajas que íbamos a robar...estaba demasiado ocupada salvando el pellejo.
Cuando nos alejamos lo suficiente de ese maldito lugar, propuse crear un portal con el que llevar al herido lo más rápidamente posible ante un sanador.
Así pues, aunque me costó lo mío, pude mantener abierto el portal el suficiente tiempo como para que unos cuantos lo atravesaran. El resto se quedaron hablando con "El Primo" de "Busca Pleitos" (de nuevo fue él quien nos dio el encargo), pero yo me di prisa en marcharme con Shei...necesitaba otra dosis.


Justo antes de llegar a Ventormenta, hice un alto en el camino para tomar otra de las pociones...no tardó mucho en hacer efecto, y el dolor pareció menguar.
La noche no acabó ahí...pero me temo que por ahora voy a tomarme un pequeño descanso...

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