Diciembre, 2015
No ha sido un día fácil...
Me he levantado antes del Alba y hasta ahora todo han sido malas noticias. Vine aquí con la idea de explorar una selva totalmente desconocida para mi, olvidando todo aquello y tratando de concentrarme en el presente. Pero pese al hermoso paisaje, no he podido abstraerme del todo...
Decidí tomar el camino que lleva a uno de los asentamientos de la zona, con el objetivo de descansar un poco y comer algo (el desayuno en Villadorada parecía muy lejano). Por suerte, el tiempo me sonrió y pude gozar de un sol la mar de agradable.
Sin duda, una de las cosas más destacables de este sitio, son sus sonidos. Por doquier se escuchan los cantos de distintas aves exóticas, acompañados del suave ruido de los insectos y otros animales.
Me quedé muy poco en el campamento, lo suficiente como para recuperar fuerzas y emprender camino hacia el sur.
Es sin duda un lugar cien por cien recomendado para aquellos a los que, como a mi, les encante conocer lugares nuevos.
Las aguas tienen una tonalidad brillante cuando el sol se refleja en ellas, y la profusión de verde es sencillamente...abrumadora.
Adoro la oscuridad de "Bosque del Ocaso", pero estos paisajes tan opuestos me han dejado impresionada.
Aunque en el campamento me advirtieron no salir de los caminos, no pude evitar explorar un poco por mi cuenta. La cantidad de criaturas que habitan estas tierras es fascinante. Al principio, tras alejarme del camino, me dirigí hasta una zona de un tono violáceo que llamó mucho mi atención, pero al verla plagada de lo que parecían se múrlock (aunque algo extraños), decidí dar la vuelta.
no aguanté mucho tiempo en el camino principal, esa selva te invita a explorarla. Aunque esta vez me encontré con un potencial peligro muy diferente...una especie de asentamiento de la Horda. Ese tipo de estructuras se distinguen en cualquier parte. No me acerqué mucho, aunque no sienta el mismo odio que muchos por sus razas, se que es mejor no acercarse demasiado si no estás acompañado.
Me estaba alejando del lugar cuando escuché el fuerte ruido del agua, propio de una cascada. Siguiendo el sonido llegué hasta una zona de lo más extraña.La tierra parecía estar resquebrajada, y el agua convergía en un impresionante remolino.
Aunque eso no fue todo lo interesante que descubrí...antes de poder ver bien tan increíble formación, divisé algo peculiar entre un grupo de helechos.
Al acercarme para verlo mejor, descubrí, con cierta sorpresa, que se trataba de un huevo. Estaba algo...deteriorado, como si lo hubieran hecho rodar por media selva, pero aún así no se encontraba roto. Decidí meterlo en la alforja del caballo y llevarlo a la ciudad. Quizás aún haya esperanza para el pobre animalito que se debería estar desarrollando en su interior.
Tras esto, me dispuse a obtener mejores vistas del remolino.
Sin duda es una visión que no olvidaré mientras viva. Pero como estaba empezando a caer la tarde, no pude quedarme demasiado. Por suerte en las cercanías había otro asentamiento, en el que adquirí un delicioso pan de plátano tierno junto con una jarra de zumo de baya lunar que me ayudaron a reponer fuerzas. El agradable sol acabó siendo un problema con tanta caminata, aún con la humedad reinante en la selva.
Me gustaría volver y explorar más a fondo "El Norte de la Vega de Tuercespina", pero hay tantos lugares de Azeroth que quiero ver, que por ahora me conformaré con lo visto. Además, no creo aconsejable quedarme sola aquí, pese al campamento.Me han dicho que no es una zona segura para los viajeros inexpertos...grupo en el que claramente me incluyo.
Tras descansar un poco más, espero teletransportarme a Ventormenta, a ver si encuentro a alguien que pueda informarme sobre qué hacer con el huevo.