sábado, 26 de diciembre de 2015

Terrallende de estudio!

XX-12-15

Llevo ya 5 días en Terrallende.
Si, se que en Forjaz tampoco escribí nada, sino cuando me marchaba, pero es que he estado tan ocupada que ni tiempo he tenido para escribir.
Al final conseguí hacer un trato con uno de los magos de "El Barrio de los Magos", en Ventormenta. Me hizo un portal hasta Shattrath por muy poco dinero.


Es una ciudad única, sin duda. Bajo un cielo de perpetuo aspecto verdoso, parece fundirse con el entrono, adaptarse ella a la geografía del lugar y no al revés.
Nada más llegar pedí indicaciones a uno de los guardias, que me dijo dónde podía encontrar a la Elfa de Sangre experta en la creación de portales.
Tras adquirir un mapa de uno de los mercaderes que pregonaban sus mercancías (en cuanto me vio se puse a gritar como loco el goblin) pude encontrar el sitio después de perderme solo dos veces...todo un record!


Y al fin la encontré, junto a una estantería hojeando un pesado tomo, Mi'irku. Le expliqué que era amiga de Chispancio y en cuanto mencioné su nombre se mostró encantada de ayudarme.
Pasé los 2 primeros días con ella, la mayor parte del tiempo en la misma sala en que la había encontrado, rodeada de estanterías repletas de libros y de arcanistas. Fue maravilloso. Tan solo salía de allí para dormitar o comer un poco en la ciudad.
Pude revisar una gran cantidad de escritos acerca de portales, su creación y sus posibles consecuencias.
Llevo ya 10 largos años aprendiendo sobre la magia arcana, pero el tema de los portales es algo muy complicado. Pude empezar a crearlos hace algunos años, al menos de forma estable, pero me siguen dando bastante miedo, sobre todo después de aquello...
El teletransporte es otra cosa. Me resulta mucho más sencillo, y al no temer por la vida de nadie, salvo la mía, tengo mucha más confianza a la hora de realizarlo.
Pero durante mis dos primeros días no solo estudié sobre los portales, eso lo puedo hacer en casi cualquier capital en la que vivan magos...estudié sobre muchas otras cosas, sobre todo me interesó la historia del planeta. Una historia desafortunada, pero que nos enseña una clara lección sobre los usos de la magia. Quizás escriba algún día en este diario sobre eso, aunque por ahora no tengo ganas de explayarme.
Al tercer día Mi'irku me aconsejó trasladarme a una aldea cercana, situada en Nagrand.



 Ella tenía una amiga allí, a la que hacía tiempo que no veía (por lo visto, llevaba fuera unos meses) y a la que tenía ganas de saludar, por lo que si quería podía quedarme con ellas.
Fui encantada. Aunque Shattrath me parezca una ciudad preciosa, ese cielo verdoso me agobió bastante, tenía ganas de cambiar de ambiente.
Nagrand es muy distinto al Bosque de Terokkar, tan verde y con un cielo tan azul... espero volver pronto y poder verlo a fondo. Como mi objetivo era el de instruirme, apenas si salí al exterior, aunque lo poco que vi me enamoró.
Sin embargo, el resto de los días los he pasado en la aldea, en especial, recluida en la casa de la amiga de Mi'irku.


Ella no es Maga, como nosotras, pero tenemos en común el interés en el estudio. De hecho, en su casa ni siquiera habían camas, casi todo el lugar estaba ocupado por estanterías, y a la hora de descansar, lo hacíamos en pequeños jergones.
Mientras Mi'irku y su amiga salían de cuando en cuando a pasar el rato, yo elegí quedarme encerrada y aprovechar al máximo mi tiempo.
Parto mañana al alba, como de costumbre. Quería marcharme hoy, pero me han convencido para ir a una especie de celebración que van a realizar en la aldea, y no me gusta teletransportarme cuando estoy cansada. Mañana por la mañana podré regresar a Ventormenta fresca y con energías renovadas para seguir con mi aprendizaje perpetuo.
A quien quiero engañar, seguramente me pase un par de días ganduleando en la taberna.

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