sábado, 26 de diciembre de 2015

Corto viaje a Dalaran!

XX-12-15

Ayer realicé un pequeño viaje hasta Dalaran...aunque decir pequeño es quedarse corto.
Estaba en la taberna "El Cerdo Borracho" (voy a tener que ir a otra, aunque sea para variar un poco) cuando conocí a una humana bastante peculiar...por lo que me contó, había sido gladiadora aunque en la actualidad se dedica a trabajar con los camorristas (no se qué demonios es eso, pero ya conozco a dos sujetos que trabajan con ellos, tendré que informarme).
Estaba empeñada en venderme su acero...no parecía entender la palabra no.
Bueno, el caso es que me despedí de ella, alegando que necesitaba hacer unos recados (mi amiga Satsura, con la que me hospedo en la capital, me pidió que recogiera unos paquetes por ella), pero la "camorrista" no parecía querer terminar con nuestro encuentro y se ofreció a acompañarme...y así lo hizo, recorrimos juntas todas las tiendas de mi lista y cuando volvió a llegar la hora de separarnos, seguía sin querer hacerlo!
Mi amiga Satsura me había dejado, junto a la lista de paquetes a recoger, un billete a Rasganorte, como regalo por las molestias, y el barco salía esa misma noche.
La camorrista se empeñó en ir conmigo hasta Rasganorte, y terminé accediendo

Aunque al final casi perdemos el barco. Suerte que entre el ajetreo y la prisa con la que embarcamos nadie pidió revisar nuestros billetes, porque ella no tenía ninguno.
El viaje en barco fue bastante pesado, de echo dormimos la mayor parte del trayecto...pero en cuanto llegamos a Rasganorte no hizo ni falta que nos despertaran...el frío glacial se encargó de eso.
Me lo habían advertido, pero nada me podría haber preparado para la imagen de los iceberg que salían del agua y el frío azote del viento sobre la cara.


Tapadas con nuestras capas, logramos convencernos para salir del barco.
Nuestra primera parada fue la posada de la Fortaleza Denuedo.


Si no llega a ser por el cartel gigante con la pinta dibujada, no habríamos sabido encontrarla. El edificio es tan grande, que a primera vista nunca habría dicho que era una posada.
Además, con los puestos situados en las cercanías la entrada queda ligeramente disimulada, sobre todo para los viajeros como
nosotras.




Encontramos el interior bastante agradable, en especial para resguardarse del frío. Lo malo fue que   no quedara alcohol para calentarnos, aunque el té de mentamiel nos sentó de maravilla.
Por lo visto la escasez de alcohol se debía a una especie de reunión enana acontecida por la tarde...acabaron con todas las reservas de cerveza y cualquier cosa parecida...



Decidimos pedir una habitación, para descansar un poco tras el viaje en barco, aunque no estuvimos demasiado, solo el tiempo suficiente para reponernos y cambiarnos de ropa.

Era una habitación extremadamente modesta y sin intimidad ninguna...pero con un balcón y unas vistas preciosas.

Tras sentirnos preparadas decidimos emprender el camino. Le preguntamos al posadero, y nos habló muy bien de una ruta de vuelos directos a la ciudad de Dalaran. Era un viaje algo pesado y sin apenas descanso, más que para cambiar de montura, pero sin duda era preferible a atravesar a pie un continente completamente nuevo.


Por suerte para nosotras, estaba amaneciendo, y el maestro de vuelos tenía disponibles dos grifos para realizar la ruta...por desgracia para nosotras se trataba de un cara dura que pretendía estafarnos o "extorsionarnos". Acabé tan asqueada que le lancé a la cara lo que pedía, y procedimos a montar los grifos.


El viaje fue largo y agotador, pero conseguimos llegar a Dalaran sin ningún problema, así que en mi opinión, mereció la pena el esfuerzo.
Sobre todo al ver al fin la imponente ciudad, elevándose en el cielo.
Se que por lore ya no está aquí, pero en el juego no hay otro modo lógico de ir xD

Jamás he visto nada tan impresionante...lo que teniendo en cuenta mi escasa experiencia en cuanto a ver mundo se refiere, quizás no sea gran cosa, pero de verdad, creo que incluso el más experimentado de los viajeros no podría evitar quedarse embobado al contemplar la ciudad por vez primera.


Decidimos que estábamos lo suficientemente extenuadas como para ir directas a la cama, así que mi compañera, que resultó ser una compañía bastante agradable y que encima había estado ya en la ciudad, condujo la marcha hacia una posada de aspecto sublime, cálida, acogedora, maravillosa...


Solo para dar media vuelta y decir que había un sitio mejor.
La seguí a regañadientes...pero el alma se me cayó a los pies en cuando vi el agujero por el que quería que nos metiéramos.

no es que sea muy exigente, pero teniendo un lugar tan bueno donde quedarnos, no logré entender porqué prefería meterse por una especie de...cloacas. Desde luego, tras ver la majestuosidad de Dalaran, uno no pensaría que algo así se esconde debajo.


De todos modos, al final la taberna no resultó ser tan mala como parecía, y la habitación era bastante cómoda...y desde luego daba más privacidad que la visitada anteriormente.



Lo que me pareció extraño es que tuviera una estufa y una cómoda, pero no camas.


En fin...mi único objetivo a la hora de hacer ese viaje, era el de visitar la ciudad al menos una vez, para poder así teletransportarme hacia ella siempre que quisiera.
Espero poder ver el continente a fondo en uno de mis viajes, ya que ahora estaré allí en cuestión de segundos!
De la experiencia no tengo nada más que contar, ya que cuando desperté la "camorrista" había desaparecido. Pasé un par de horas rondando por Dalaran, visitando las tiendas, la posada en la que me quería haber quedado...pero preferí no establecer contacto con los magos de allí, al menos por el momento.
Mi compañera de viaje no me habló demasiado bien de ellos, y tampoco tengo ninguna prisa por conocerlos. Mi mayor deseo por ahora, con respecto al continente helado, es conocer sus tierras...ya habrá tiempo para conocer su comunidad mágica...

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