jueves, 31 de marzo de 2016

Luz Cegadora!

Marzo, 2016

Solo espero que esto ayude a calmar mis nervios cuando la veo...

Aún escucho los gritos en mi mente. Mis propios gritos…
Nunca supe por qué me hizo eso, si para castigarme por algo que ignoro o para desahogarse por algo que le había ocurrido. Fuera cual fuera la razón para tal acto, la verdad es que me marcó para siempre.
De algún modo, el recuerdo de la tierra bajo mi rostro, raspándome la mejilla mientras intentaba inútilmente evitar el dolor, es uno de los peores que guardo en mi mente.
El acto en sí no tuvo un preludio dramático, ni alguna escena que pudiera ponerme sobre aviso de lo que me iba a ocurrir. Él simplemente llegó, y lo hizo. Lo recuerdo como si lo estuviera volviendo a vivir ahora mismo…
Entró en la estancia. Me había dejado allí encerrada durante tres días, según él para obligarme a aprender a generar comida de maná. Me gustaría decir que lo logré, pero lo cierto es que pasé mi estancia allí deshidratada y desfalleciendo del hambre. Cuando vi la puerta abrirse, pensé que mi supuesto entrenamiento había llegado a su fin; que tras ver mi inutilidad para generar alimento mágico, se había apiadado de mi...por que yo sabía que él me estaba observando, siempre lo hacía.
Sin embargo se limitó a traspasar el umbral unos escasos metros, me miró desde arriba, como si yo no fuera más que un insecto y me dijo…
- ¿Tienes hambre?
Sentada en el suelo, apoyando la cabeza en la sucia pared, asentí, pues las fuerzas no me alcanzaban para hacer otra cosa, o al menos eso creía yo en ese momento.
- Te propongo un trato. Puedes quedarte aquí encerrada hasta que crees alimento o puedes aprender otra importante lección y salir cuando terminemos. Podrás volver a casa para comer y beber cuanto quieras, ¿Qué me dices?.
- Trato – aún con todo lo que me había hecho, la promesa de regresar a casa y no tener que verlo hasta la semana siguiente era simplemente demasiado tentadora como para pensar en otra cosa. Además, realmente sentía que moriría si no bebía algo de agua...notaba la garganta seca, la lengua parecía hinchada en mi boca y la debilidad había hecho presa de mi cuerpo al segundo día.
- Bien, he aquí la lección. La mayoría de los magos consideran que los brujos están por debajo de ellos. Pero eso no es lo peor...muchos otros opinan que deben ser exterminados solo por ser lo que son...¿Tu no crees eso, verdad que no, Acoremi?
Negué con la cabeza. Hacía mucho desde que me hablara sobre los brujos por vez primera. En sus lecciones siempre terminaban entrando a escena de un modo u otro, aunque yo no ahondaba demasiado en ello; para mi eran solo otro tipo de magos, unos que se habían dejado llevar en exceso por su ambición de poder.
- Buena chica. Pero estos últimos que te digo, si que lo creen, y utilizan todo lo que tienen en su poder para aniquilarlos e infligirles un dolor terrible...solo por ser distintos a ellos. Poco importa si han hecho o no algo que merezca castigo, a ellos solo les importa creerse mejores, por encima de todos, y ven en los brujos la excusa perfecta para desatar toda la podredumbre y barbarie que tienen en su interior.

Paró unos segundos. Claramente, no quería alterarse, pero su voz había alcanzado un deje de odio, totalmente distinto a la monotonía habitual, al decir las últimas palabras.
Sonrió unos instantes, mirándome, y fue aún peor que su rostro impasible.

- No se puede juzgar a la gente por algo así, es ilógico. Hay que juzgarlos por sus actos. ¿Sabes quienes son los que más prejuzgan y torturan a los brujos solo por ser lo que son? Los paladines. También están los sacerdotes, claro, pero esos no son tan hipócritas como sus amiguitos de ostentosa armadura. Los paladines se creen más superiores que nadie, apegados a su estúpida fe, creyéndose con el derecho de ir por la vida dando lecciones de moralidad a otros, cuando ellos mismos son unos creyentes reprimidos que no sabrían ni dar tres pasos sin su preciada Luz.

La cabeza comenzaba a darme vueltas, y tenía que hacer un esfuerzo titánico para concentrarme en lo que me decía. No tenía ningún sentido, ya me había dado esa charla antes ¿Por qué la repetía?.
- Ella quiere que te conviertas en una maga, pero no vamos a dejar que seas como esos petulantes que se creen mejores que los demás ¿cierto? -su sonrisa ladeada no presagiaba nada bueno, eso lo pude comprender incluso débil como estaba- Bien, pues para entender lo injusto que es prejuzgar a otros, debes comprender exactamente el dolor que se padece cuando se está en semejante posición. Imaginemos por un momento, que tu eres una bruja -me miró de arriba abajo, sin perder la sonrisa- Bueno, brujita. Y entra por esta misma puerta -señalándola sin tan si quiera mirarla- un valeroso paladín. No te ha visto jamás, pero sabe que eres una bruja, y entiende que por ello debe matarte.

Ante mis asombrados ojos, vi traspasar la puerta a una figura que jamás podré olvidar. Llevaba una increíble armadura dorada, y el tenue brillo de su persona parecía iluminar toda la tortuosa sala. Aunque sabía que era cosa de mi maestro, no pude evitar sentirme en paz. Tanta luz luego de semejante oscuridad me hacía sentir a salvo por vez primera en mucho tiempo. Pero la sensación duró apenas unos instantes.

-Cuando seas mayor, puede que incluso conozcas a alguno y termine convenciéndote, son muy buenos en eso -la brillante figura simplemente continuaba allí, en silencio y sin moverse, mirándome con unos ojos que al verlos mejor, parecían carentes de vida- por eso es tan importante que sepas lo que se siente, Acoremi, para que comprendas mejor las injusticias de la tan alabada luz y no te dejes embaucar por sus predicadores. Debes alcanzar una comprensión total, y eso, me temo, solo se consigue a través de la experiencia…

Su sonrisa se amplió aún más, y en sus ojos vi el placer anticipado de lo que estaba por venir…
La brillante figura, el hombre de castaños cabellos, rostro angelicalmente lampiño y ojos vacíos, se acercó hasta el rincón en el que me encontraba, con el paso tranquilo propio de alguien que solo quiere ayudar. Por unos instantes lo miré confundida, no terminaba de entender todo aquello, y el hambre y la sed no hacían gran cosa por mejorar la velocidad a la que trabajaba mi cerebro.

- ¡Que la Luz me de fuerzas!- gritó la figura, y entonces el mundo estalló.
De sus manos comenzó a brotar una luz cegadora, y con ella empezó mi tormento. Abrí los ojos como platos, presa del dolor y la incomprensión. Sentía mis huesos desasiéndose, mis músculos, agarrotados por la larga estancia en la habitación, chillaban en protesta por la tortura que estaban sufriendo. Grité como nunca he gritado, pues el dolor era atroz. Cuanto más aumentaba la luz, peor era mi suplicio. Caí al suelo, intentando gatear hasta mi maestro, abriendo y cerrando la boca en una petición silenciosa para que parase mi tortura. Pero la luz era demasiado poderosa, y apenas veía nada a mi alrededor. Entre mis gritos de dolor llegué a escuchar una frase…

- Ahora lo entenderás, ¡ahora sabrás lo que se siente!

Las fuerzas me fallaron, pero eso no supuso alivio alguno, pues seguía estando consciente, y mis propios gritos me causaban un gran dolor en los oídos. Parecía que me iba a estallar la cabeza. Noté algo rasposo en mi mejilla y comprendí que era el suelo, como si quisiera huir a través de él, pero eso no era posible...casi agradecí el tacto de la tierra, pues me anclaba a la realidad. Ni si quiera eso duró; a los pocos segundos no era capaz de notar nada, solo veía la luz, más luz, todo inundado por la luz. Era como si estuviera dentro de mi cabeza, cegándome. Y el dolor...dioses, el dolor era horrible. Nada se podría comparar jamás a ese dolor. Era como si me quemara en vida, solo que la muerte no llegaba para consolarme…
Ignoro cuanto tiempo estuve así, ya que llegado un momento perdí todo contacto con la realidad; solo existía el dolor, una luminosa prisión de tormento de la cual no podía escapar…
Y de pronto, la luz se fue, la oscuridad regresó, y me escuché gemir en el suelo mientras los sollozos se atropellaban en mi garganta, creando un sonido desagradable que espero no tener que volver a oír nunca.
Aunque todo estaba oscuro, seguía viendo pequeños fogonazos de luz y la ausencia de la tortura dio paso a un dolor agonizante, como el que se siente luego de haber sido apaleado. Mi cuerpo protestaba por el daño que había causado la luz a su paso.
Seguí haciendo ese ruido horrible, mientras mis lágrimas mojaban la tierra. No tenía fuerzas para nada. Permanecí ahí, tirada...tampoco se cuánto tiempo. Solo recuerdo que en algún momento la figura de mi maestro, quieto junto a la puerta, se hizo visible. Se acercó a mi, e ignorando los sonidos que emitía, se inclinó sobre mi oído y dijo…

-Ahora, no juzgarás jamás a otros solo por lo que digan los demás, por que ya sabes lo que se siente al ser castigado injustamente…

Me gustaría decir que en ese momento me desmayé, pero mi terco cuerpo parecía empeñado en mantenerse consciente, y solo pude ver cómo mi maestro se alejaba, dejando la puerta abierta tras de si. Disfruté de mi celda durante mucho tiempo más, pues aunque no se cuánto estuve tirada en ese suelo, llorando y sintiendo mi cuerpo partirse, recuerdo que levantarme no fue nada fácil. Llegué prácticamente arrastrándome hasta la puerta, y solo mucho después pude continuar, apoyándome en las frías paredes y cayendo de tramo en tramo, hasta alcanzar la tan ansiada salida. El aire era frío cuando pude divisar al fin la noche, oculta por las densas ramas. Miré aterrorizada los alrededores, no por temor a que la brillante figura volviera a aparecer, pues yo sabía que mi maestro no repetía castigo. Mi miedo era causado por el propio bosque, por los cientos de peligros que en su oscuridad acechan siempre. Quise ir hacia el camino, mas un movimiento en las plantas cercanas quebró lo que me quedaba de cordura, haciendo que me internara aún más en la tenebrosa maleza. En algún momento apareció ante mi una especie de camino de tierra, y sosteniéndome como pude lo seguí. Me llevó hasta una entrada algo extraña, pero al cruzarla todo dejó de importar...un río, con una cascada no muy bulliciosa se encontraba frente a mi. Corrí, o mejor dicho, trastabillé hasta él, dejándome caer en su orilla y metiendo prácticamente la cabeza en el agua. Bebí como un animal, pero nada podría importarme menos, pues en ese momento solo podía sentir el agua corriendo por mi seca garganta.
Tomé agua hasta que me dolió el estómago, y aún si, quise beber más. Sin embargo, mis músculos parecían haber llegado finalmente a su límite, y solo me dio tiempo a separar la cara del agua y caer hacia atrás, dejándome llevar por el dulce olvido de la inconsciencia…

Aún hoy, sigo sin entender el por qué de esa lección. Yo nunca di muestras de tener nada contra los brujos como para justificar algo así.
Desde ese día, volví a ir a ese río. Me hacía sentir segura, a salvo. Mi mente lo asociaba con la salvación, y mi cuerpo se sentía en paz allí, aunque a veces tuviera la extraña sensación de estar siendo observada.
Lo peor de todo, fue que mi Abuela no se puso de mi parte...me dijo que si lo había hecho, habría sido por algo, que mi maestro no realizaba acción alguna a la ligera. En ese momento entendí que ella no me consolaría nunca…
La duda que siempre me ha quedado es si ese hombre, la figura iluminada, era real o una ilusión. Sigo pensando que lo segundo, al igual que el dolor, teniendo en cuenta mi juventud y mi inexperiencia, me parece lo más probable...pero con él nunca se puede estar seguro de nada.
Ojalá pudiera olvidar todo esto, mas con lo sucedido en estos últimos tiempos, el recuerdo no ha hecho sino luchar por salir, y como escribir me calma, espero que tras relatar lo acontecido pueda hallar algo de paz.

Tumba en la montaña!

Marzo, 2016

Hoy visitamos la tumba que "La Noble" quería ver. Al parecer, se trata de la antigua mentora de su hermano...sin embargo, más tarde, descubrimos que era mucho más que eso...


Nos reunimos en el poblado donde pernoctamos, preparándonos para salir...bueno, y charlando un rato, parecemos adictos a eso.
Entre otras cosas, le contamos a la pareja del "Capitán" que su hija había estado por la zona, con un amigo, y que se había hecho un tatuaje. Creo que deberíamos haber medido mejor nuestras palabras, pues la elfa parecía bastante alterada con la noticia. 
Los dejé hablando animadamente mientras me iba a preparar mi montura; cuando estaba enfrascada en la tarea, pensé en lo sucedido la noche anterior, en como "La Rubia" había tirado el anillo de compromiso que le diera "El Señor con Coleta". Su decisión parece ser algo definitivo...espero que no se arrepienta.


Comenzamos el largo ascenso hacia la tumba, y debo admitir que pese al frío, las montañas no podrían haberme resultado más hermosas. A la luz de la luna, la nieve brillaba como si de un manto de diamantes se tratase, y los nevados picos que parecían tocar el cielo eran el acompañamiento perfecto para tan plateado paisaje.


Llegamos a nuestro destino, y tanto "La Capitana" como "La Noble" ascendieron juntas hasta el lugar de reposo de la mujer en cuestión. Los demás, permanecimos a los pies de la ladera...me gustaría decir que no hubo incidente alguno, mas una pequeña avalancha nos tomó por sorpresa, sepultando durante unos minutos a la enana, aunque por suerte para ella, pudimos sacarla antes de que la cosa se pusiera peligrosa.
Cuando estuvo libre de tanta  nieve, utilizó sus propios poderes para curarse...algo bastante increíble de ver, sino fuera porque cada vez que observo como utilizan la Luz Sagrada siento que la cabeza va a explotarme. Últimamente parece costarme más el disimular mi aversión hacia ella...voy a tener que hacer algo al respecto...claro que, teniendo en cuenta que hace apenas unos días el loco de la bengala la usó para curarme sin mi consentimiento, creo que es normal que me cueste más. Es como si los recuerdos hubieran resurgido para atormentarme...quizás debería escribir ese lamentable episodio de mi vida, puede que eso me ayude a calmar mi mente...


Nos fuimos de allí, descendiendo la montaña con cuidado de no resbalar. Las avalanchas parecieron remitir, y disfrutamos de una bajada tranquila. De igual modo, el camino hasta el siguiente campamento que visitaríamos no supuso problema alguno...y es en este lugar en el cual dormiremos esta noche...sin embargo, "La Rubia" nos contó algo que llamó mi atención. 
Tras dejar las monturas atendidas, nos sentamos junto al fuego y, preguntándole por las oscuras rosas que sostenía, nos dijo que un admirador secreto se las había mandado con un mensajero, junto a una carta.
Espero que nos e trate de ninguna trampa o intento de herirla...ella ha sufrido ya lo suficiente como para que encima venga otro a causarle más dolor.


"La Noble" nos contó también algo bastante interesante, sobre la historia de la tumba...un relato triste que demostró lo misericorde que es...yo no creo que hubiera sido capaz de perdonar las acciones que expuso.
Mañana partiremos hacia la Escalera Velada, donde descansaremos y nos prepararemos para llegar al Valle de los Cuatro Vientos. En esta ocasión, todo lo que hemos hecho ha sido andar y pernoctar calmadamente...en otro momento me quejaría de tanta tranquilidad, pero tras lo vivido, no puedo sino agradecer esta breve paz.

Llegando a la Cima Kun-Lai!

Marzo, 2016

No pude dormir una sola hora mientras permanecimos en Bahía del Botín. Cuando no estaba con "La Capitana", pasaba el tiempo vigilando la entrada de la taberna, por si nos hubieran encontrado...


Hemos abandonado el Espectro Carmesí II. Ahora, tenemos una pequeña tartana que manejaremos entre las dos, llamada...Mariposa Mortal; dioses, incluso escribirlo me causa algo de...en fin, el tema es que ahora vamos por libre.
Decidimos aprovechar la oportunidad, así pues, aceptamos el trabajo que nos ofreciera la noble para ir a adquirir varias telas a Pandaria, y tras comentar el asunto con algunos allegados, pusimos rumbo al continente.


Por suerte para nosotros, habíamos conseguido a una guía procedente de la zona en la que atracaríamos, así que no estuvimos solos en nuestro viaje.
Dejamos el barco entre Bosque de Jade y la Cima Kun-Lai, comenzando nuestro trayecto en este último sitio. Debo decir que lo que más me sorprendió del lugar fue el frío; los paisajes eran sublimes, pero cuando lo único que te ronda por la cabeza es un fuego acogedor y una mantita, cuesta un poco concentrarse en la belleza de la zona.
Aún así, cuando tuvimos que atravesar las entrañas de la tierra, creo que mi expresión de asombro fue evidente ante la majestuosidad de las edificaciones que se elevaban ante nuestros ojos.


En el interior, un aire solemne impregnaba cada rincón. Me habría gustado quedarme un poco más, pero tras el largo viaje debíamos continuar hasta el pueblo de nuestra guía, quien amablemente se había ofrecido a hacer las veces de anfitriona.



Cuando salimos al otro lado de las montañas, me sorprendió el paisaje que se extendía ante nosotros. En cierto modo, me recordaba a Páramos de Poniente, por el color que predominaba, pero definitivamente bastaban dos pasos en esa tierra para palpar la diferencia.
No solo las salpicaduras de nieve que coronaban algunas colinas eran las que marcaban la distinción, sino...todo; el gélido viento que azotaba el rostro, la majestuosidad de las estructuras colindantes, la curiosa vegetación...en cuanto a esto último, lo que más me sorprendió fueron una serie de árboles que se adivinaban en lo que, según nuestra guía, era un templo. Tanta profusión de vida, tanto colorido, en una tierra que parecía tener que ser yerma, era sin duda un auténtico regalo para la vista.



Cuando llegamos al poblado, deseé que el frió no me afectara tanto, para poder así contemplar a placer la curiosa arquitectura local. Me recordó bastante a la kaldorei, aunque algo más ruda. Supongo que lo estilizado de las edificaciones élficas no es algo fácil de encontrar en otras culturas.
Nada más llegar, se nos ofrecieron deliciosos alimentos...ahora entiendo la constitución pandaren, si yo viviera en estas tierras, seguramente no habría cabido por la puerta. No solo la sopa de carpa estaba deliciosa, sino que el Té de Jengibre me gustó casi tanto como el zumo de melón, y eso es mucho decir. Aunque puede también que el hecho de que estuviera hirviendo cuando yo me sentía un témpano de hielo afectara un poco a mi juicio.



Y aquí me encuentro ahora, sentada en mi jergón escribiendo, mientras los demás duermen. Si, me gustaría seguir su ejemplo, pero estoy intranquila. No creo que escapar de todo ese horror haya sido tan fácil, y de cualquier forma, tengo demasiadas preocupaciones en la cabeza como para poder si quiera echar una cabezadita...necesitamos recuperarla...aunque "La Capitana" parece haberla dado por muerta, yo se que permanece en algún lugar, y no pienso abandonarla. Estoy pensando seriamente en dejar a mi compañera con la noble, con quien parece haber hecho muy buenas migas, e irme yo sola a buscarla.
Claro que, tras lo que vi, la sola idea de separarme de ella me aterra...¿Y si la encuentran? ¿Y si se la llevan? No podría vivir conmigo misma si algo así llegara a pasar...

sábado, 26 de marzo de 2016

Estrés postraumático!

Marzo, 2016

No me apetece mucho escribir...
Al ex-pirata lo dejé instalado en mi antiguo cuarto de Ventormenta, mientras duraban mis asuntos en el Pantano de las Penas...pero volví a verlo antes de lo esperado...
Fui a la isla, con "La Capitana", y allí nos atacó...algo. A ella le dispararon en el pecho y mientras yo perdía el conocimiento, víctima de varias descargas, no pude sino observar, impotente, su desmadejado cuerpo tendido en el suelo...cuando me desperté estaba encerrada en una especie de celda oscura, cuya única luz consistía en la que entraba a través de las rejas que intentaban impedir mi libertad...
Hablé con el ser que nos había hecho esto...pero solo saqué en claro que se trata de un loco con aires de grandeza y complejo de dios...
"La Capitana" estaba en el suelo, tirada, mientras él intentaba hacerle algo. Salí, y la pelea se desencadenó...
Sus metálicos brazos estuvieron a punto de destrozarme en varias ocasiones, pero por suerte para mi, solo alcanzó a darme un fuerte puñetazo en el lado izquierdo de la cara...han pasado dos días y aún tengo el rostro hinchado y amoratado.
En algún momento su capucha cayó...y ahí estaba...ahí estaba la cara del ex-pirata, con los labios cosidos y un transmisor bajo su boca...él había estado hablando a través de eso todo el rato, mientras manipulaba al hombre a su antojo.
El rostro mostraba una expresión de horror que no soy capaz de olvidar...cuando entre golpes pude arrancar los hilos que lo callaban, no dejó de gritar pidiendo ayuda...gritaba, y gritaba...yo intenté ayudarlo, lo juro...pero no pude...no pude...
Cuando el extraño de la toga amarilla regresó (el mismo de Gilneas), el ex-pirata seguía en el suelo, gritando presa de una agonía extrema mientras yo no me apartaba de "La Capitana".
Se lo llevó con él...pero con ella a cuestas no fui capaz de seguirlo...lo perdí de vista...soy tan inútil que ni siquiera pude seguirlos...
Salí de allí, de algún modo, y estaba en Tuercespina. No en la isla, claro, pero si lo suficientemente cerca como para que Shei me oyera.
Llevé a "La Capitana" a casa, y allí le conté todo lo que sabía...sobre su pasado, sobre esa gente...temo haber cometido un error, pero con todo lo ocurrido, ¿No era mejor que supiera la verdad?
Ahora estoy sentada en el suelo de la casa, mientras ella permanece ahí, quieta, simplemente...mañana mismo partiré hacia Forjaz.
No pienso regresar sin lo que se han llevado...no pienso volver sin la caja...

martes, 22 de marzo de 2016

Verdades caóticas!

Marzo, 2016

Hoy no creo que escriba demasiado, pues los sucesos a relatar son apenas agradables...


Tras aguantar todo su drama (realmente justificado) lo convencí para que aceptara mi oferta de trabajo, consiguiéndole una habitación en Ventormenta y ropas nuevas con las que llamar menos la atención. Creo que hará lo que le dije sobre esperar a mi regreso del Pantano de las Penas.


Un pequeño grupo salimos de la capital con rumbo a Villa Oscura, para parar y esperar al resto de tripulantes que se nos reunirían allí. Aunque de echo, no llegaron nunca...
Nos tocó estar esperando en la taberna mucho tiempo, pero eso nos sirvió para charlar un rato y conocer un poco mejor a los nuevos integrantes.


Aunque esa misma noche salimos a la caza de un lobo que causaba problemas en la zona, y al día siguiente nos enfrentamos a los piratas, que huyeron y a los que estamos esperando en Chapaleos por si vuelvan, lo que más destaca en mi mente de todo lo acontecido son dos cosas...la desagradable visita que tuve y la conversación con "La Capitana".
Sobre lo primero, decir que "El Elfo" llevaba tiempo esperándome en mi casa...increíble, él no tiene ningún derecho a allanar mi propiedad como si tal cosa. Por suerte el diario de mi Abuela continúa en el escondrijo que creó ella, y dudo que lo haya logrado encontrar, pues lo he reforzado con saña.
Me dijo que necesitaba hablar conmigo sobre algunas novedades...pero la verdad, lo que me contó no me parecía en absoluto de importancia y temo que en realidad haya viajado con la intención de registrar tanto la casa como el granero...deberé andarme con más cuidado, que vayamos a colaborar nos significa que me fíe de él, ni mucho menos.


Y en cuanto a la conversación con "La Capitana"...quise contarle lo acontecido en la isla, entre otras cosas por su insistencia en ir antes de regresar a Argénteos, pero al final, entre el estrés y los nervios por crear a un monstruo si le contaba toda la verdad, le dije algunas cosas que no me comprometían demasiado, contándole que la verdad le haría daño, y lo mínimo para conseguir que prometiera no ir a la isla sin mi.
Espero que lo cumpla...pero aunque todos queramos protegerla de la verdad, sigo pensando que todos tenemos derecho a saber cómo son realmente las cosas...no se qué hacer...¿Se lo digo, arriesgándome a que se vuelva del todo loca? ¿o hago como los demás y le oculto tan horribles hechos?.
Al menos tengo una prórroga hasta que terminemos el asunto aquí, en el Pantano de las Penas, con los piratas...Ojalá se olvidara de ir a la isla, pero lo dudo demasiado...

Isla de mala suerte!

Marzo, 2016

Hoy no tengo demasiadas ganas de escribir, pues todo lo acontecido ha sido un completo desastre...


Cuando llegué a la isla lo primero que hice fue acercarme al montículo de arena...¡solo para descubrir que estaba vacío! Se la habían llevado, no estaba por ninguna parte, y con ella la sensación opresiva y oscura que se notaba en el lugar se había marchado.
Pero ni siquiera tuve tiempo para amargarme con eso, y con el modo de enfrentar a "La Capitana"; en lo alto de una colina, se encontraba un hombre gritándome como un loco...era el capitán, el mismo al que le robamos el barco y luego humillamos en el asunto con los nagas.
Intenté sonsacarle cuanto pude, pero parecía obsesionado con la idea de vengarse. Sacó de su bolsillo un extraño aparato, que al pulsarlo, hizo disminuir considerablemente mi magia...pobre hombre, se pensaba que eso serviría realmente para algo.
Recuerdo cuando tuve mi primera clase...y sus palabras...
- La magia es el sustento de un mago mediocre...para un verdadero mago, es simplemente una herramienta que usar cuando más le conviene...
Aprendí a defenderme sin armas mucho antes que a lanzar cualquier tipo de hechizo, y así se lo demostré al ex-dueño de nuestro barco.
Intentó clavarme un cuchillo, pero lo esquivé dándole en la parte de atrás del cuello, mientras le pedía que parásemos a hablar...no hizo caso, atacándome de nuevo...en esa ocasión lo esquivé con más facilidad aún, dándole un fuerte bastonazo en pleno trasero, haciendo que cayera de bruces al piso en una posición la mar de vergonzosa. Me acerqué a él, intentando que entrara en razón, pero sacó un arma con la que me apuntó directamente al pecho...le quité la pistola de un bastonazo, aunque por suerte para él, mientras se arrastraba hacia atrás para recuperarla esquivó el golpe en la cara.
Pensaba que se habría calmado, pero no...intentó dispararme de nuevo...el problema es que estaba estresadito ya y se le cayó la pistola junto con otras cosas.


Seré sincera, me dio cierta lástima...estaba claro que el hombre se había dejado cegar por la venganza hasta perder por completos sus sentidos, y cuando quise darme cuenta estaba haciendo gestos de ayudarle a recoger el arma ¡con la que pretendía matarme!. De todos modos, no me arrepiento de ser como soy, pues conseguí hacerlo razonar y aceptar mi invitación a tomar algo en El Grumete Frito mientras hablábamos del asunto como gente lógica.
Lo malo, es que en cuanto se levantó, alguien le disparó desde...ninguna parte. Saltaron algunas chispas y cayó al suelo, donde pude curarlo parcialmente para cargarlo sobre el grifo de alquiler y llevarlo hasta Bahía del Botín...


Allí, tras dejarlo oculto en un callejón junto a una ruidosa cascada, casualidades de la vida, me encontré con el goblin amigo de "La Capitana". Lo curó a cambio de quedarse con el trozo de piel que le arrancó al tipo, pues tenía la marca de los Velasangre y allí pagaban por ellas.
Fuimos a su casa, y a parte de conseguir curarlo, yo pude averiguar algunas otras cosas sobre la mujer que parecía haberse criado allí...me da miedo pensar en lo que era "La Capitana" en el pasado, pero más me aterra pensar en que estoy dispuesta a pasarlo por alto...

Regreso apresurado!

Marzo, 2016

No permanecimos mucho en la fortaleza, pero no puedo entristecerme por eso, pues el mago no dio nunca muestras de querernos allí. Tampoco es que vaya a culparlo, se declaró neutral y varios miembros de mi grupo claramente no lo son...


El momento de partir llegó junto a un soldado perteneciente a la Séptima Legión; estaba con otros en busca del "Capitán", quien no había obtenido el permiso para aventurarse en el viaje con nosotros.
Me preocupó el posible castigo que recibiera, pero como parecían tener información sobre su paradero, no tuvimos más remedio que colaborar con ellos.
Lo que me sorprendió de ese hombre es que pretendía que lo siguiéramos ciegamente sin hacer ningún tipo de pregunta...definitivamente, jamás podría pertenecer al ejército.


Salimos de allí y avanzamos por Argénteos, siempre con el máximo cuidado y por abandonados caminos que no nos acercaran a la Horda. Llegamos hasta el lugar donde se encontraba "El Capitán", y me alegra decir que pudimos volver a reunirnos con él de un modo satisfactorio.
Cuando la noche estaba en su plenitud, nuestro rumbo cambió...no quisimos irnos antes de cumplir con nuestro primer cometido, por lo que regresamos a Gilneas.


Por suerte la casa se encontraba al norte, y utilizando la magia y la fuerza bruta, alcanzamos la cúspide del muro, subiendo por las montañas; supongo que con el paso del tiempo y la eterna lluvia, esa zona se ha hecho menos abrupta...
Llegamos la vivienda sin ningún contratiempo, y mientras "El Cazador" dejaba un colmillo sobre la tumba que se situaba en frente, creo que todos comenzamos a entender la relevancia de aquel viaje. No importa si muchos no lo entienden, pero los sentimientos son algo complicado, y a veces necesitas realizar alguna acción insignificante e innecesaria para otros con el fin de cerrar una herida profunda.
Desgraciadamente, el momento intenso fue roto por un extraño pandaren que no dominaba del todo nuestro idioma, y que según él, se dedicaba a viajar por todo el mundo en busca de historias que contar...con su cría...si, vaya irresponsable...


Nos guarecimos en la casa, pues la lluvia se tornaba realmente intensa. Aproveché para cambiarme, haciéndome invisible a los demás, claro, y aunque seguía empapada por el agua que caía con tanta fuerza, la sensación de la toga seca fue indescriptiblemente placentera.
De todos modos, no estuve mucho dentro, pues al rato, "La ex-pirata" me pidió que habláramos a solas junto a su pareja...por lo que nos tocó salir, y aunque permanecimos a cubierto, el frío se notaba bastante.


El capitán al que ella creía muerto no lo estaba, es más, había enviado a su compañero para que se la entregara viva o muerta. Ante un problema tal, terminamos decidiendo que lo mejor sería ir cuanto antes al lugar indicado...el Pantano de las Penas. Y allí fuimos...aunque no ese día.
Para agilizar nuestra marcha, nos valimos de un portal hasta Ventormenta, dejando el barco detrás. Pero volveremos a por él...le dejé una nota al mago cerca de su fortaleza, pidiéndole que se trasladara a la capital y que al avisarlo nosotros no hiciera un portal de regreso a su hogar, cerca de nuestro barco.
No he sabido nada de él, pero espero que acceda, o los gastos de este viaje van a dispararse...
Cuando llegamos a la ciudad, yo decidí ir hasta Bahía del Botín, para comprarle a "La Capitana" el sombrero que le había prometido; ya que estaba por la zona,  me pareció buena idea ir hasta la isla...pero ahora no se si arrepentirme o alegrarme de haberlo hecho...

Isla del Purgatorio!

Marzo, 2016

Al final, "La Capitana" me llamó porque un extraño sujeto se había presentado en el camino, buscando a uno de los reclutas nuevos para darle un regalo como premio por haber matado a varios de sus hombres...raro, raro...


Le dije que no estaba, y que dejara ese regalo bajo uno de los árboles colindantes, para que fuera el susodicho quien decidiera si aceptarlo o no...y sinceramente, no iba a tocar algo entregado por una persona así.
Creo que el presente fue tomado...una extraña espada oscura que combina con el carácter de quien ahora la porta.
Pero esa no fue la única visita extraña que tuvimos en aquel lugar, un lunático apareció de madrugada, dándonos más bengalas de las que puede cargar un ser humano y diciendo locuras sobre un mal, una sombra, una luz...honestamente, apenas recuerdo todo lo que dijo, parecía claramente perturbado con su vestimenta amarilla y horrorizándose por las garras de "La Capitana"; no hemos vuelto a saber de él...


El resto de acontecimientos se desarrollaron de un modo algo precipitado...una de las nuevas reclutas me contó su trágica historia, pude hablar mejor con "El Noble" sobre el trato y el "Capitán" estaba paranoico perdido, mirando hacia todas partes...y con razón...
Nos atacó un grupo de no-muertos, y aunque pudimos repelerlos, otro sujeto apareció de repente, envuelto en sombras, y el ex-paranoico corrió tras él.
Intenté seguirlo, pero luego de repeler el ataque de un pícaro en el camino, cuando mis ojos miraron hacia delante, había perdido su pista.
Algunos fueron a buscarlo, mas yo tuve que quedarme a curar al "Noble"...porque recibió el disparo de una flecha en mi lugar...¡simplemente se puso delante mío! Según él, lo hizo porque soy la contramaestre, pero su opinión de los altos cargos y la mía no coinciden...si soy la superior en ese momento, la que tiene que estar al frente y llevarse la peor parte soy yo, o esa es mi forma de pensar.
El grupo regresó con las manos vacías, y al anochecer, nuestros planes de rescate se vieron pospuesto a causa de otro ataque más; esta vez, huimos por mar.



"La Capitana" había pedido al barco que avanzara hasta nuestra posición, por suerte para todos...eso si, cuando me subí al primer bote y Mordisquitos vino detrás, pensé que terminaría en el fondo del mar...ese bicho pesa demasiado, no entiendo que el bote consiguiera llegar hasta el barco.
Conseguimos alcanzar la Isla del Purgatorio, un lugar bastante macabro en el que descansamos bastante rato.


Hicimos una hoguera, pensándonos lo suficientemente lejos del peligro, y allí, mirando el fuego, recordé la conversación que tuve con "La Rubia" en el puente que llevaba al faro; las cosas con "El Señor con Coleta" no andan nada bien, se ha ido de la ciudad sin decirle nada, y ella parece cansada de ser la única que tira de la relación. Me entristecería que todo terminara entre ellos, pero lo cierto es que la situación que he visto desde que los conozco no parece ser justa para ella...
También tuve oportunidad de hablar con otras magas que se nos habían unido durante el viaje. No entendieron que rechazara la comida de maná que crearon en lugar de la normal, pero tampoco voy a culparlas; no es solo porque detesto la sola idea de depender de la magia hasta para alimentarme, sino por...bueno, por aquello...
Tras pasar un rato al calor del fuego, fui con "La Capitana". Entre lo que hablamos, me dijo que quería recordar...eso me ha hecho pensar de nuevo en todo el asunto que la envuelve. ¿Debería contarle mis progresos, o sería mejor para ella si callo? Yo querría saber la verdad, pero tengo que reconocer que su estabilidad mental, aunque haya mejorado en estos últimos tiempos, sigue siendo...peculiar. ¿Y si se lo digo todo y termina desquiciada? ¿Y si vuelve a hacer aquello de lo que se la acusó hace tanto? ¿Y si se convierte en una asesina sin escrúpulos con sed de venganza?.
Por suerte para mi, la charla no duró mucho, y ante nosotros se presentó un nuevo camino.


"La Druida" se ofreció a llamar a un conocido suyo que vivía por la zona, y que podría dejar que nos quedásemos en su fortaleza, mientras esperábamos noticias del grupo de exploradores que habíamos mandado a indagar por la zona en el que creíamos estaría "El Capitán".
El mago accedió, y cediendo a lo que su amiga pedía, vino hasta nosotros y nos creó un portal que nos llevara a su hogar. Cuando lo cruzamos, aparecimos en una habitación vacía, repleta de runas, claramente preparada para tal fin.
Nos enseñó un poco el lugar, indicándonos donde podíamos dormir, y mientras los demás se preparaban para ello, yo le pedí que me mostrara la biblioteca. Era pequeñita, pero con diferencia mi parte favorita de ese sitio.


Tras despedirnos, fui a cambiarme, preparándome para una noche en vela entre libros, pues me iba a costar mucho pegar ojo en la casa de un mago...y más si se trataba de un desconocido...

Congelación desagradable!

Marzo, 2016

Creo que voy a comprarme esa dichosa cámara que le vi al "Capitán", pues mi mente está obsesionada con ella...hoy he soñado algo rarísimo...que me tomaba una foto de lo más extraña en la casa donde dormimos en aquel pueblo...


Pero en fin, no quiero darle más vueltas, ya tendré tiempo para pensar en algo así.
Cuando llegamos a ese pequeño lugar, cerca del faro, lo primero que hicimos fue investigar en busca de objetos que pudiéramos aprovechar.


Todos parecían estar encontrando algo, menos yo; lo que llegaba a mis manos eran pequeños cadáveres de roedores o insectos vivos. De ese modo, fue como mi empeño por agenciarme algún objeto de valor me llevó a examinar el sótano de una de las viviendas...


En ella, me encontré algo que estúpidamente no esperaba hallar...un no-muerto falto de un pie permanecía horriblemente asustado, mirándome con esos muertitos ojos de loco.
La conversación fue larga y peligrosa, ya que trató de asestarme un par de escobazos a la desesperada, pero tras hacerle entender que no quería dañarlo de modo alguno, pude lograr que entrara en razón. Le expliqué que mis amigos seguramente lo matarían nada más verlo, y convenciéndolo de seguirme, lo llevé hasta el lugar que me indicó, una especie de mina cerca del mar.


Fue muy estresante salir de allí, y para lograr volver a tiempo tuve que trasladarnos de cuando en cuando, pero finalmente conseguí dejarlo a salvo. No pudimos hablar mucho, por la situación, pero al verlo tan desamparado y asustado no pude evitar querer ayudarlo cuanto pudiera...así pues, le di dos sobres; uno para "El elfo" y otro para que supiera donde encontrarlo...no se si lo ayude, pero si lo nuestro va a ser una sociedad, debería poder hacerme un favor tan simple como ayudar a ese pobre cadáver andante. Y menos mal que era un no-muerto, si hubiera sido cualquier otra raza dudo que hubiese podido hacerlo entrar en razón, mi Thalassiano es horrible y aún me queda mucho por aprender, seguramente habría entendido que quería matarlo de un modo horrible...


Regresé tan rápido como pude, siguiendo el mismo proceso de antes, y para variar, había pelea entre el grupo. Últimamente no hacen sino pelearse...supongo que se debe al aumento de tripulantes, lo que significa más trabajo que hacer...
No se muy bien lo que pasó, pues al llegar yo, la pelea estaba empezada, pero cuando "La Capitana" me ordenó congelar a uno de los huargen, tuve que hacerlo pese a no querer.
De todos modos, mis aires pacíficos se esfumaron en cuando el muy miserable abrió la boca...no tenía que haberle dejado libre la cabeza...


El desgraciado dijo que iba a matar a Shei, entre otras amenazas que no pienso repetir...con los pensamientos que había estado teniendo mientras regresaba, sumado a lo que ese huargen había dicho, simplemente perdí el norte.
Escuchar como amenazaba al único animal que me ha brindado algo de paz y compañerismo me hizo tener ganas de quemarlo allí mismo desde dentro, lenta, muy lentamente...pero por suerte para él, aún me quedaba algo de cordura, así que realicé una acción que me dolería más a mi que a él...al menos luego.
Utilicé la magia para hacerle creer que notaba ciertas cosas...que su sangre hervía por su cuerpo, en sus venas la notaba correr como fuego que le mordiera con su ardiente llama...en el corazón, bombeando cada agónico latido con sumo dolor...en la cabeza, en el cerebro...un dolor horrible...la sensación de que su sangre se había tornado en ardiente lava que lo calcinaría desde dentro, solo que sin la promesa de una muerte que daría fin a aquello...
No se cómo hice para detenerme, pues sus gritos se habían convertido en el más hermoso de los cánticos mientras imaginaba lo que haría a continuación...pero lo hice, paré, y tras dejar una amenaza en el aire para que no volviera a presionarme, me alejé de allí, hasta el faro...


Las manos me temblaban cuando llegué hasta arriba, y no por la lluvia o el cansancio, sino por lo mucho que me había costado detenerme, y por las odiosas imágenes que mi mente no hacía sino amenazar con mostrarme...me acerqué al borde, intentando no hacer más magia, intentando no ceder al impulso...pero cuando no cedo, lo recuerdos vuelven...la magia es lo único que los mantiene alejados...

Golpeaba con fuerza la madera, intentando salir, suplicando que me dejara intentarlo de otro modo, pidiéndole una segunda oportunidad. 
Podía escuchar como me decía algo, pero estaba demasiado lejos...había demasiado entre nosotros como para entender algo. Eso era lo peor de todo, que el objetivo ni siquiera parecía ser que aprendiera, sino la propia tortura en si...¿Qué le había hecho? ¿Por qué me odiaba tanto? Yo no había podido causarle molestia alguna, pues su actitud no varió desde el primer momento en que nos conocimos.
Mi respiración seguía su rápida carrera en busca de más aire, terminando sin saberlo con el poco que me quedaba.
Algo de tierra cayó sobre mi ojo, haciendo que lo cerrara con dolor, pero apenas podía notar eso...solo quería salir...tenía que salir de allí...no podía hacerlo, él lo sabía y yo también...no estaba preparada, era demasiado pronto para que me trasladara...no podía hacerlo...no podía hacerlo...

La voz de "La Capitana" me sacó de mi pesadilla, y cuando bajé la vista para mirar el transmisor, me horroricé al darme cuenta de que me había acercado demasiado al borde.


Solo eran recuerdos, pero se sentía como si hubiera vuelto a ser aquella niña patética que siempre he querido dejar en el pasado...
Creé una pequeña explosión de magia controlada en las rocas que soportaban los golpes de las olas en el fondo del acantilado, y con manos temblorosas respondí a la llamada; necesitaba que volviera, y lo hice...por suerte para mi hace mucho que me acostumbré a fingir que todo está bien, aún cuando lo único que quiero hacer es empezar a caminar hasta perder el mundo de vista...hasta perderme a mi misma...

Gente poseída y tuertos recientes!

Marzo, 2016

Por alguna razón, los acontecimientos desarrollados en esa mansión me recordaron a una de mis aventuras pasadas...


Estábamos todos esperando tranquilamente al resto, cuando las cosas comenzaron a ponerse extrañas; la mayor parte de tripulantes decían ver alimentos sobre la mesa principal...cuando realmente no había nada. De echo, incluso se sentaron a "comer" las supuestas viandas, ignorándome por completo cuando les decía que pararan. Busqué ayuda en el caballero de la muerte que al principio se mostraba cuerdo...hasta que me dijo que veía fantasmas...
Las cosas siguieron descontrolándose y, de algún modo, se desencadenó una pelea.


"El Capitán", malherido, decía que "El Cazador" lo había tirado desde la torre, claro que este último lo acusaba de intento de homicidio. Por muchas preguntas que hiciéramos nada parecía salir en claro, salvo que extrañas fuerzas trataban de manipularnos de algún modo, hasta que finalmente, la cosa derivó en lucha.
Aunque me vi envuelta desde el principio, cuando "La Capitana" ordenó que congelara al "Cazador" y este en respuesta me disparó errando el objetivo, me perdí casi toda la pela, pues al quedar inconsciente "La Rubia" y dado su delicado estado, la trasladé junto conmigo lejos de allí.
Por suerte, no estuvo mucho tiempo inconsciente, y poco después de despertarse decidimos regresar con los demás para ver cómo estaban las cosas.


Obviamente, bien era lo último que estaba la situación...la mayoría estaban desmayados, seguramente por uno de los somníferos de "La Capitana", pues un destrozado frasco yacía a su lado.
Mientras varios inmovilizaban al "Cazador", que estaba claramente poseído, "La Rubia" y yo intentábamos hacer reaccionar a la desmayada mujer.
La cosa se ponía seria, pero algunos pudieron hacer salir del cuerpo ocupado al espíritu, terminando yo de acabar con él...todo lo que se puede acabar con algo que está ya muerto, claro.
Solucionado eso, la concentración del momento fue para la que estaba en el suelo...


Me pareció ver uno de sus estimulantes en su cinturón...era realmente idéntico al que había hecho examinar por el alquimista...así que sugerí dárselo, tras ver que lo utilizado por "El Noble" no funcionaba...maldita fuera la hora en que se me ocurrió darle aquello...
Resumiendo el asunto, la pobre "Capitana" terminó echando espumarajos por la boca mientras yo me sentía al borde del infarto. No se qué más mejunjes le dimos a la pobre, pero cuando pudo mantenerse de pié mi preocupación era haberla dejado con un 95% menos de capacidad cerebral.
Para alivio mío y de ella, la cosa terminó mejorando, y salvo algunos vómitos durante los días siguientes, vuelve a ser la misma de siempre.
Ese día, como era de esperarse, nos largamos de ese horrible lugar, llegando finalmente hasta un pueblito que parecía haber salido mejor parado que la ciudad. Allí el repentino abandono de objetos volvió a producirme la misma sensación que cuando puse un pie en Gilneas por vez primera...



Ese podría ser mi libro...esas podrían ser mis botas...esa podría ser mi cama...no, espera, yo no tengo cama, pero el punto es que ver todos esos lugares no ha hecho sino recordarme que la tranquilidad que he dado por sentada en los últimos tiempos sigue siendo tan frágil como cuando era niña. Nada es seguro, y puede que algún día nosotros seamos los que salgamos por una ventana mientras vemos como se llevan el Espectro Carmesí II...
Encontramos un lugar relativamente adecuado para quedarnos, y tras encender un cálido fuego nos preparamos para pasar la noche allí.


Permanecimos unos dos días en ese lugar y durante ese tiempo, ocurrieron varias cosas que aún recuerdo...la relación del "Capitán" y la otra elfa pareció afianzarse aún más, se nos unió una nueva compañera de viaje procedente del Teldrassil, descubrí que los nuevos eran pareja, Mordisquitos (el amor animal del "Cazador") tiene los colmillos diabólicamente más afilados cuando lo ves de cerca...en definitiva, muchas cosas, pero principalmente me quedo con dos; la pérdida del ojo por parte del enano que nos acompañara a Kalimdor, y mi conversación con "La Capitana".
De lo primero, lo importante no fue solo la pérdida que sufrió el pobre enano, sino la pequeña depresión que pareció atacar al "Capitán" cuando, tras intentar curarlo, fracasó en ello...no fue culpa suya, ese ojo estaba perdido, pero el hombre seguía culpándose a si mismo...a veces pienso que es demasiado bueno, pero teniendo en cuenta que es un paladín y suelen ser de ese estilo, raro sería que fuera de otro modo...
En cuanto a mi conversación con "La Capitana"...me cuesta mucho recordarla, pues ese recuerdo evoca otros que quisiera exterminar de mi mente para siempre...


El día anterior habíamos estado hablando de la oferta hecha por "El Noble"; quiere que trabajemos para él...reconquistando algunos territorios de Alterac cuando podamos, es decir, sin fecha fija, y subvencionando todos nuestros viajes a cambio...demasiado bueno para ser verdad. Le expresé mi desconfianza, pero la palabra "almirante" tiene cegada a mi capitana.
El problema vino después...aunque nuestra siguiente conversación versó acerca del nombramiento de cuatro oficiales, la cosa se fue por otros derroteros...hasta llegar a mi maestro y el tiempo vivido en Ocaso, cuando mi Abuela aún estaba viva...
No es que le dijera realmente nada, pero una cosa relacionó la otra y en mi mente se agolparon las imágenes de todo lo acontecido. Llevo tiempo intentando recordar solo ese mes que permanecí encerrada, comiendo todas las reservas que quedaban sin querer salir de esa casa y negándome a abrirle la puerta ahora que ella se había ido...negándome a seguir igual...cuando recogí mis cosas y me marché de allí pensaba que jamás volvería. Mi plan inicial había sido alejarme todo lo posible de esos oscuros bosques, escenario de mis patéticos lamentos...pero de algún modo terminé tomándole cariño a la capital, quedándome...y mientras permanezca en el Espectro no creo que vaya a alejarme durante demasiado tiempo de allí...
El pasado...el pasado siempre vuelve de modo u otro...
Pero, no quiero hablar de eso...he pensado en escribir algunas de las cosas que viví, por si me ayude contarlo aunque sea a una simple página en blanco...pero se como me dejaría eso, así que si lo hago será cuando sepa que podré permanecer días encerrada en mi misma sin levantar sospechas...


Me marché de la casa donde hablaba con "La Capitana", y aunque me siguió no fui capaz de decirle realmente nada...
Cuando nos sentimos preparados, fuimos hacia nuestro siguiente destino.