Conociendo al Mago

XX-11-15

Al final fue la casualidad lo que me hizo conocer a Nittlebur Chispancio.

Acababa de llegar a Forjaz, algo cansada del viaje en tranvía (ese chisme marea bastante), cuando decidí parar en la taberna que está en la entrada, para recuperar fuerzas.
Al sentarme en una de las mesas a degustar mi primer trago de cerveza enana, me fijé en el mago que se sentaba justo enfrente. Él levantó su jarra, en señal de brindis, y yo hice lo mismo... solo se que una hora después ambos estábamos sentados en la misma mesa discutiendo sobre la cerveza enana, la "Fiesta de la cerveza" pasada, y la obsesión de los enanos por la lava.
De algún modo salió a relucir a qué nos dedicábamos, y al comentarme él que era instructor de aprendices de mago, recordé que ni siquiera sabíamos nuestros nombres. Tras las presentaciones pertinentes, descubrí con bastante alegría que era el gnomo que había ido a buscar.
Le expliqué mi interés en perfeccionar la creación de portales. Puedo crearlos, pero una nunca está segura de que sean lo suficientemente estables como para evitar desgracias; es una magia muy peligrosa, y no me vendría mal cualquier consejo de alguien que no sea...bueno, mi anterior maestro.
Se mostró encantado ante la idea, y me invitó a ir mañana mismo a su lugar de estudio para mostrarme ciertos manuscritos de interés.
Estoy ansiosa porque llegue el alba.