miércoles, 27 de enero de 2016

Reflexiones en una noche estrellada!

Enero, 2016

La noche acababa de alzarse cuando me encontré con "La Enana del Rifle"...



Yo había ido a visitar el Templo de Elune, tan tranquilo y diferente de como lo viera la vez pasada, durante la ceremonia de inicio del torneo. Es curioso, hace apenas unos días pero se siente muy lejano, como si llevara entre las ramas de este gran árbol de los elfos mucho más tiempo...
Pero bueno, ese no es el punto. Estaba saliendo del edificio, algo ensimismada en mis pensamientos, cuando nos cruzamos. Tras los saludos pertinentes, fuimos juntas hasta la zona de entrenamiento. Sin bien no tocaba combate oficial, teníamos la esperanza de que hubiera alguien entrenando.
Y así era.


El elfo que a cargo del evento luchaba contra un druida en su forma de oso. No obstante, algo llamó mi atención más allá del combate. La humana que me ganara el día anterior, saltó al verme tras su compañero encapuchado, gritando algo como "¿no me golpeaste bastante ayer?...más o menos. Al principio solo la miré extrañada, pero al cabo de un rato, mientras seguía mirándome, llegué a la conclusión de que ¡Me lo decía a mi! ¡Pero si fue ella quien me ganó! Se ve que , tanto yo como mi bastón, hemos cogido mala fama...espero no haberle hecho mucho daño...mientras estás luchando solo piensas en ganar, pero una vez terminas comienzas a preocuparte por tu contrincante...


Tras escuchar las conocidas voces, me acerqué al grupo conformado por varios miembros de mi tripulación y la extraña mujer a la que atacara el "Señor con Coleta", acompañada por un hombre al que acababa de conocer allí mismo. Nos mantuvimos algo apartados, pero aún así conseguí capturar retazos de la conversación...creo que la "Elfa del Pelo Bonito" se enfrentaba a la humana. Se que no hay pruebas contra esta última, razón por la que me mantuve en silencio, pero sigo sin fiarme de ella...


La gente siguió entrenando, pero yo no conseguía estar atenta...seguía pensando en la nota, y en la posibilidad de que ese elfo estuviera en la ciudad. Intenté con todas mis fuerzas dejar el tema a un lado, pero ante mi fracaso, opté por alejarme de la multitud. Fui hacia las puertas de la ciudad, al paso elevado que se sitúa sobre éstas.


Allí observé la profundidad de los bosques que se extendían a lo largo del Teldrassil, y acompañada por el sonido de las centinelas patrullando la zona, conseguí calmarme. No tiene sentido darle más vueltas al asunto hasta que no logre averiguar más, y hasta que no finalice el torneo no pienso marcharme de aquí...o al menos no por eso. No voy a permitir que un desconocido me arruine el evento. Ya tendré tiempo de seguir indagando acerca de lo que puede o no querer de mi, pero por ahora, dado que no creo poder hacer nada más, planeo disfrutar cuanto pueda del torneo.
Eso si, tomaré ciertas medidas de seguridad para cuando duerma...no quiero encontrar más "obsequios" suyos al despertar...



Cuando me sentí preparada, me reuní con los demás. Antes de llegar junto a la tripulación, me topé con "El Capitán", pero apenas pudimos intercambiar dos palabras. Buscaba una especie de "Grieta" o algo así, y no tardó en marcharse con una elfa que se había ofrecido a guiarlo. Tras despedirme deseándole suerte, me fui con los otros.
Paramos en una pequeña posada, mucho más tranquila que las visitadas anteriormente. Allí nos sentamos todos juntos a hablar de varios temas.


Uno de los elfos tuvo a bien deleitarnos con historias antiguas, acerca de los titanes, los vuelos, e incluso sobre el pasado de su propio pueblo.
Reconozco que escuché a medias, pues era conocedora de aquello que estaba contando...pero hubo un momento en el cual la conversación derivó hacia la magia y el tema de los magos...y mi abstracción desapareció del todo.
Se que no dijo nada ofensivo, tan solo la realidad...que los magos allí, al menos los de su raza, no eran del todo bien vistos debido al pasado acontecido...pero mientras se iba explayando en el tema y la "Elfa del Pelo Bonito" soltaba comentarios diciendo que prefería tener la magia alejada...simplemente acabé harta, y temerosa de estallar y hacer algo de lo que luego me arrepintiera, salí excusándome con necesitar un poco de aire fresco.
Me senté a los pies del edificio, tratando de calmarme.



A ver, yo se que él se refería a los elfos, pero aún así es un tema que me molesta y me cuesta evitarlo. Me parece una soberana hipocresía que los elfos magos estén "mal vistos" pero luego esta gente no tenga reparo alguno en valerse de la magia cuando le conviene. Y no hablo solo de los elfos...a lo largo de mi vida me he encontrado con varias personas que criticaban la magia, tachando a quienes la usamos de gente peligrosa...mirándonos como si a la mínima oportunidad nos fuéramos a volver completamente locos y a usarla en su contra...y eso que pasé la mayor parte de mi vida en Bosque del Ocaso. Si criticas algo, luego no te aproveches de ello por conveniencia. Conozco a muy pocas personas que no utilicen un portal si se les presenta la oportunidad...
Y cuando escuchas a alguien que no la practica hablar sobre ella...bueno, d0igamos que me molesta aún más. Ellos no saben lo que se siente, cuando puedes manipular la realidad que te rodea...la sensación, la euforia...el deseo irrefrenable de volver a sentirlo...es como una droga embriagadora que te insta a probar más, más, más...y detenerse parece cada vez más difícil, sería tan sencillo dejarse llevar...
Pero...merece la pena el esfuerzo...y muchos son los que no tienen eso en cuenta...el esfuerzo que requiere mantenerse firme y no ceder...
En fin, será mejor que deje el tema...no es esto sobre lo que quería escribir...


Tras sentarme, mis pensamientos y yo no estuvimos solos por mucho tiempo. "La Rubia" no tardó en acompañarme, y mientras escuchaba, comprensiva, mis quejas, entre frase y frase consiguió sacarme una sonrisa y aligerar mi humor, justo a tiempo para la llegada de "Pelo Bonito", que también había decido bajar a buscarnos.
Volvimos a la taberna y me disculpé por mi exabrupto, aceptando al momento las palabras del elfo, que aseguraba no pretender ofenderme. Y se que no era así, pero entre el nerviosismo generado por la nota y el tema, que siempre me ha alterado...
De todos modos, eso no fue lo más interesante de la noche, pues cuando menos lo esperábamos, el "Señor del Parche en el Ojo" llegó, pidiendo hablar en privado con "La Rubia".
"La Capitana" y yo nos mostramos preocupadas, aunque al menos el "Señor con Coleta" ya se había retirado, evitando así una pelea casi segura.
Cuando la joven volvió, parecía sorprendida, aunque por suerte, ilesa. Traía consigo un paquete, el cual la mayoría de nosotros mirábamos como si llevara una bomba dentro...de echo, esa posibilidad se planteó, pero "La Rubia" terminó abriéndolo solo para mostrar un vestido de novia. La sorpresa fue colectiva. Era una prenda preciosa, eso no lo discuto...pero no me extrañaría que estuviera envenenada.
Tras pasar unos instantes, la joven dejó el paquete nuevamente lleno en la mesa, y salió a tomar un poco de aire fresco.



Decidí devolverle el favor y salí a hacerle compañía. Me aseguró estar bien, pero se la veía claramente emocionada y confundida. Y no es para menos, un regalo de parte de ese hombre dejaría anonadada a cualquiera que supiera lo que ella.
Estuvimos un rato allí, disfrutando de la compañía mutua y reflexionando en nuestros propios problemas. Decidí no presionarla, aunque la curiosidad me reconcome. Muchos son los secretos que parecen albergar este par...
Decidí concentrarme en la contemplación de las estrellas, hacía una noche preciosa.


Mirar el cielo siempre me ha ayudado a olvidar un poco mis problemas...al observar todos esos puntitos de luz te das cuenta de lo insignificantes que somos...un simple punto más en medio de la nada. Puede que a muchos ese pensamiento no les consuele, pero conmigo tiene resultado. Tan solo en este lugar, Teldrassil...no, tan solo en esta taberna, me encuentro rodeada de varias personas, cada cual con un mundo propio y distinto al resto. Todos tenemos nuestros problemas, dramas personales, miedos, inseguridades...pero aún así seguimos encontrando razones para sonreír de vez en cuando...

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