He decidido no hacer nada con respecto a la rosa...por ahora. Quizás decida contárselo a Chispancio más adelante, o a otra persona que entienda más del tema pero, creo que es mejor ser precavida en esto...
Después de ir al archivo real para seguir buscando algo acerca de la invisibilidad del mago y lo que puede llegarse a ver con ella, me encontré al elfo de pelo turquesa y terminamos, como no podía ser de otro modo, yendo a la taberna.
Allí coincidimos con el hombre orondo que conociera hace ya tiempo, y sentándonos juntos en una mesa nos pusimos a charlar...pero la conversación se volvió bastante seria, al menos para mi, en cuanto me preguntó por mis pesquisas en lo referente a la invisibilidad...y entonces me relató algo que él mismo había encontrado sobre el tema.
El texto que había leído relataba que los magos son los únicos capaces de hacerse realmente invisibles. Un tal archimago Karyth, miembro de los Seis de Dalaran siglos antes de la Primera Guerra, dijo que un mago entra en una dimensión desconocida, entre el Vacío y el mundo Elemental, permitiendo al mago ver cosas que permanecen ocultas a simple vista.
No pude ocultar mi gran interés...ni la intensidad de las emociones que me embargaron. Eso se acercaba tanto a lo que mi Abuela decía en su diario...
Le pedí más información sobre el tema, y accedió a proporcionármela, pero en un lugar más discreto. Así pues, lo seguimos.
Nos sentamos cerca del cementerio, en una pequeña esquina medio oculta a la vista, y nos explicó lo que sabía.
Según él, en esa dimensión existen varios seres, entre ellos unos llamados "Luminosos". Estos seres están hechos de pura magia...y son incluso capaces de poseer a un mago que se adentre en sus dominios. Pero no solo eso, me dijo que con fragmentos del alma, como los que utilizan los brujos, puede llegar a atraparse a un "Luminoso"...una gran fuente de magia a disposición de alguien habilidoso no es una cosa para tomarse a la ligera.
También me habló de otros seres errantes, que ansían la vida (pues se supone que ellos no la tienen), y en cuanto a los "Luminosos", dijo que estarían atrapados en esa dimensión, por lo que quizás, según yo, podrían querer usar al mago como conducto para escapar...
La verdad, no se qué pensar sobre todo esto. Según el hombre, sacó esta información del diario del archimago antes mencionado...el mismo archimago que denominó a los seres "Luminosos" así porque los veía brillantes, hechos por una luz azulada...
Podría ser posible, quien sabe. No sería tan descabellado, mi Abuela y Milbus quizás querían uno de esos seres para aprovechar su magia, sin arriesgarse a ser poseídos...o buscaban que me poseyera, aumentando mis poderes, y tratando ellos a su vez de controlarme...o usándome de conducto para traer a un "Luminoso" y que éste sembrara el caos...
Dioses, ahora tengo aún más preguntas que antes ¿Será verdad lo que ponía en ese diario?. Me gustaría echarle un vistazo, pero me temo que por ahora me será imposible...
En fin, tengo demasiado en lo que pensar...lo que me queda claro es la imperiosa necesidad de continuar con el diario de mi Abuela. De nada me sirve buscar más información, si no se lo que planeaban...
Cuando terminó de hablar, nos hizo jurar a ambos que no contaríamos nada acerca de ese diario, y así lo hicimos. Aunque yo le advertí que no creía en los juramentos.
Luego el elfo se marchó, y el hombre y yo fuimos a sentarnos a un banco, junto al cementerio.
Retomamos el tema que habíamos dejado en la posada, la posibilidad de un viaje a Uldum. Ahora que mis heridas parecen estar sanando (aunque sea un poco), muero de ganas por partir.
Estuvo de acuerdo en unirse, si puede presentar una excusa en el trabajo, e incluso se ofreció a hablar con la Liga de Expedicionarios para ver si hay posibilidades de que financien el viaje, o eso le entendí...no estoy muy segura de que lo pueda hacer, mi idea es conocer el lugar, quizás visitar alguna tumba...pero nada a la altura de la Liga.
Concretamos algunas cosas y ya empecé con mi lista de preparativos...me vasta mirarla para olvidar mis problemas.
Cuando el reloj dio las campanadas, se excusó y volvió al trabajo...y yo aproveché para sacar la rosa de mi bolsa...seguía perfecta...
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