jueves, 27 de agosto de 2020

Empezando el Viaje

 Aunque tenía ganas de partir cuanto antes, las cosas nunca salen como uno las planea, y finalmente tuve que posponer mi viaje varios días más...


Aunque cuando finalmente pude irme, tuve que dedicar todo el día a encargarme de ciertos asuntos. Por fin llegó el momento de partir, y con él la necesidad de aprovisionarme. No de alimentos, ya que el viaje no era tan largo y llevaba ya algo encima, sino de algunas cosas que no podría encontrar en cualquier parte.
Mientras paseaba por las calles de Ventormenta pensaba en todo el tiempo que había pasado allí en los últimos años ¿Realmente me gustaba la empedrada ciudad, tan blanca y pura?¿Por qué elegí ir allí cuando salí de Ocaso y no a cualquier otra?¿Cómo sería de distinta mi vida ahora si me hubiera decantado por Forjaz?



En cuanto llegué a los establos del Casco Antiguo supe que retrasar el viaje había merecido la pena.
El caballo que me habían conseguido era impresionante; robusto, resistente, grande y equipado para largos viajes. El precio...bueno, ya no tengo ahorros y voy con lo estrictamente justo para no morir de hambre unos días, pero siento que ha merecido la pena. Se acabó lo de andar alquilando caballos cada vez que necesite una montura. Pienso que la inversión ha merecido la pena, sobre todo si quiero...desandar el camino.


La calzada estaba tranquila y la noche portaba un frescor agradable. Paré para descansar antes de llegar a la Torre de Azora. Hice un pequeño fuego, con yesca y pedernal, y me senté un rato a tomar agua mientras disfrutaba del calor de la pequeña hoguera.
¿Hace cuánto que no hacía algo tan cotidiano como encender fuego sin usar magia? ¿Cómo podían haber cambiado tanto mis costumbres?
No se si intentaré volver a lo de antes, si retomaré lo que estaba haciendo hace poco o si intentaré encontrar un término medio, pero espero saberlo para cuando termine este viaje.



Tras haber descansado volví a emprender el rumbo hacia Bosque del Ocaso. Había realizado ese camino mil veces durante los últimos años, pero de algún modo, esta vez se sentía diferente.
La pequeña parada me sirvió para confirmar que la montura, si bien se había puesto algo nerviosa la primera vez que la monté, se estaba comportando de forma tranquila, tanto cuando la amarré al tronco de un pequeño árbol como cuando volví a montarme para continuar el viaje.
Sigo pensando que ha sido una buena compra, aunque es cierto que cada tanto se revuelve un poco, supongo que con el tiempo terminará por adaptarse.
La encargada de los establos me aseguró que era de las mejores monturas que había conseguido, y por el precio al que me la vendió, espero que sea así.
Apreté un poco el paso cuando me acerqué a la frontera de Crestagrana, aprovechando de también para comprobar un poco la resistencia del caballo.


Poco a poco el bosque empezó a ser más tupido tras cruzar el puente del río, los árboles más oscuros, el ambiente más opresivo. Extraños sonidos se escuchaban tras los matorrales aquí y allá, y en la distancia, rodeadas de oscuridad, se percibían atisbos de luces tenues. Una cálida sensación de estar en casa comenzó a invadirme.


Pasé de largo Villa Oscura. No era un lugar en el que me hubiera sentido bienvenida nunca, aunque tampoco podía culparlos. Ya dejaría en la posada la carta para "La Rubia" mañana. Ahora lo importante era regresar a casa...al lugar que siempre sería mi hogar por mucho que me alejara y por muy malos recuerdos que tuviera.


Al acercarme vi la pequeña y destartalada mesa junto a la puerta, con el banco caído y destrozado al lado. Casi podía ver a mi Abuela separando las hojas y tallos de las hierbas que había recolectado. Pronuncié unas palabras en tono bajo apoyando la palma en la madera, y cuando sentí que el encantamiento cedía, saqué la pesada llave y la hice girar en la cerradura, entrando.
El aire estaba viciado, hacía mucho que no volvía. Tomé las herramientas de la chimenea y encendí un brillante fuego. 
Dediqué varias horas a limpiar el polvo de la pequeña estancia, tirar la comida podrida y, finalmente, revisar que nada de lo que allí se encontraba fuera algo que no quisiera que "La Rubia" descubriera.


No me entusiasmaba precisamente la idea de que alguien se quedara en mi casa, ni si quiera ella. Pero ¿qué podía hacer? Después de todo, la idea de vender todas las propiedades había sido mía, lo menos que podía hacer era ofrecerle un techo mientras todo se quedaba en orden.
Me senté en la mesa de madera con un suspiro de cansancio, y sacando la carpeta de la compañía de la mochila me dispuse a analizar las opciones de compra que había reunido aprovechando los días de retraso del viaje.
Necesitaba ponerlo todo en marcha tan rápido como fuera posible. Lo primero era deshacerme de esa ruina de edificio, venderlo a un precio tan alto como pudiera, que no sería mucho. Después irían las casas, esas si que podría venderlas por un buen pellizco, aunque claro, la localización no era la mejor.
Y por último necesitaba decidir qué comprar. En los papeles que había rellenado tenía varias opciones, tanto para comprar sobre plano como de lugares ya construidos. También tenía varios presupuestos de construcción. Me tocaría echar cuentas durante largo rato hasta decidir qué era lo mejor para la Compañía. Aunque ya empezaba a temer que necesitaría pedir un préstamo de todas formas...


Tras varias horas revisando papeles terminé con dolor de cabeza. Cerré la carpeta, la metí en la mochila y me senté en la silla junto a la ventana. Suspiré al ver la habitación. "La Rubia" no iba a estar demasiado cómoda, pero esperaba que pronto pudiera encontrar algo mejor.
Fuera como fuera, mañana tendría que dejarle indicaciones en la posada para que pudiera entrar en la casa y tuviera cuidado con el bosque.
Espero no equivocarme al haberle ofrecido mi hogar.

1 comentario:

  1. LA RUBIA ES EL UNICO PERSONAJE QUE VA CONTINUAR EN LAS NUEVAS HISTORIAS

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