martes, 31 de mayo de 2016

Bailes y poder!

Mayo, 2016

Hoy tuvimos que cruzar por un puente de aspecto inseguro antes de llegar a la fortaleza...uno de los miembros del "Club de Blanco" casi se termina dando un helado chapuzón...


Aunque podríamos haber continuado hacia Komawa, decidimos quedarnos aquí dadas las comodidades. No he visto el poblado, pero si es como los anteriores, hemos tomado una muy buena decisión, aunque sea por el frío.



Algunos se fueron a cazar algo para cenar en condiciones, y "La Bardo", "El Pistolero" y yo nos quedamos en la fortaleza, ellos dos entrenando y yo ocupándome de la dichosa herida lejos de allí. Por suerte la rojez se ha ido, y se está curando realmente rápido con el ungüento. Aún así, esto de dormir poco, caminar mucho, limpiarme la carne abierta y encima ocuparme de los encargos por la tarde, me tiene agotada. Aproveché la ausencia del grupo para sentarme y dormitar un poco en el balcón de la habitación, pero no tardé en estar acompañada y mi reposo se esfumó.


"La Pelirroja" fue la encargada de hacer la cena, pues "El Mudo" estaba todavía ausente ocupándose del encargo que le dí. "El Médico" la estaba ayudando a preparar un asado junto a una deliciosa salsa...el problema es que en todo el día solo había almorzado, y un poco de pan con queso, así que con lo débil que me sentía, el hambre pareció aumentar hasta cotas impensables...y los cocineros cometieron el error de dejarnos solos al "Señor del Parche en el ojo" y a mi...juro que intenté controlarme, lo juro.


Encontramos pan y partimos varias rebanadas, impregnándolo con ganas en la salsa. Por cada rebanada que comía, quería otra más y a mi compañero parecía pasarle lo mismo, hasta que nos zampamos seis jugosas rebanadas rebosantes de salsa, dejando solo el final en el cuenco.
Lo malo es que terminaron por pillarnos y se acabó el disfrute...



Pese a la maravillosa capacidad de disimulo de la que hicimos gala, todos se dieron cuenta del asunto. Comenté que me iba a tomar el aire fuera, antes de que vieran el cuenco en las últimas, y mi compañero de cocina salió tras de mi. Claramente ninguno queríamos entrar, aunque seguíamos con hambre, hasta que "La Bardo" salió con un delicioso y tentador plato a decirnos que la cena ya se estaba sirviendo.
Mi plan era ir cuan rápido pudiera y disfrutar del asado...pero el dichoso tuerto sigue agarrándose a sus arcaicas costumbres y no hubo forma de hacer que pasara primero.


Traté de empujarlo, placarlo, hacerle cosquillas...pero finalmente me dio un caderazo y me hizo pasar dentro. Me tragué las ganas de dejarlo sin el otro ojo, mas la molestia duró lo que tardaron en decirnos que ya no quedaba más asado. Nos dirigimos presurosos hacia las cocinas, y para alivio nuestro, descubrimos que no se trataba más que de una vil mentira. Sacamos la deliciosa cena y dimos buena cuenta de ella, mientras conversábamos.


Le comenté mi intención de organizar una cena a nuestro regreso, donde celebrar que el viaje nos haya ido bien (que espero así sea) y disfrutar de toda la comida que se nos ha negado en este frío continente. Pareció estar de acuerdo, y espero que tal reunión sirva para limar asperezas entre su grupo y las chicas...sigo sin fiarme un pelo, pero ya se sabe el dicho..."Ten a tus amigos cerca y a tus enemigos más cerca aún". Me fíe o no de ellos, llevarnos mal y desconfiar abiertamente no creo que traiga nada bueno.
Aún así, lo mejor de la noche fue sin duda la sobremesa. "El Señor del Parche en el ojo" sacó a bailar a uno de sus compañeros, a "La Bardo" y a mi...aunque lo nuestro fue más una lucha de poder que un baile.



Aunque pude hacerlo girar e inclinarse, terminé en las rodillas de quien tocaba el laúd, por lo que supongo que el muy miserable ganó también ese asalto. Aún así espero la revancha...mejor dicho, revanchas.
Al final de todo, solo nos quedamos tres charlando, entre ellos el tuerto, y pude enterarme de algunas de las cosas que ha hecho...historias que me divirtió mucho escuchar, aunque eso no significa que no estuviera atenta al resto de significados.
Ahora vuelvo a estar en una habitación de alquiler...mas escucho a quienes viven en la casa hablar y beber en la planta baja, por suerte la habitación tiene cerrojo y no me veré obligada a espantar a ningún borracho.

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