viernes, 8 de abril de 2016

Bengalas en la Arena!

Marzo, 2016

Tras separarme del fuego junto con "La Rubia" para hacerle un portal a Ventormenta a uno de nuestros compañeros, llegaron "La Noble" y "La Capitana". Estuvimos charlando un rato junto al fuego, aunque no tardamos en quedarnos solo las tres.


Cuando eso pasó, vi algo a los pies de "La Capitana". Me acerqué a mirar y, enterrada en la arena había una bengala...
Mi nivel de paranoia justificada estaba ya por las nubes sin la ayuda de ese chisme, pero al verla...simplemente se me cayó el tornillo que me quedaba. Se me juntó todo, el no haber dormido apenas, la expresión de horror del grúmel, el dichoso trato, la certeza de que nos tenían vigiladas...
Entré en crisis y no supe comportarme. Me avergüenzo mucho de mi comportamiento, he pasado por cosas peores, pero supongo que lo que hace esta situación diferente es que gente que me importa está involucrada.



"La Rubia" intentó calmarme mientras "La Capitana" se iba a mirar algo en la cabra, pero no sirvió de nada.
Yo aún no había decidido qué hacer con respecto al tipo; es cierto que no me fiaba de él, pero menos me fiaba del otro...de todos modos, aunque mis sospechas fueran ciertas, no quiero ser la clase de persona que entrega a otro solo para conseguir lo que quiere.
Estábamos en la orilla tras escuchar un chapoteo...hallamos otra bengala. Yo estaba ya bastante histérica, y mi compañera no sabía que hacer para tranquilizarme...entonces escuchamos otro chapoteo; al girarnos, había una bengala más en el agua y, al fondo, en la otra orilla, se encontraba "El Señor Bengala".


Nadamos hasta él e intentamos sacar algo en claro de su extraña conversación, aunque la pobre "Rubia" estaba algo perdida. De todos modos pensaba ponerla al día, por lo que no me molesté en intentar ocultar nada.
De toda su perorata absurda solo entendimos un par de cosas:
- Según él, mi plan de usar el intercambio para tenderle una trampa no tenía sentido
- Es capaz de encontrar las cámaras que tiene, pues portaba un cubo lleno
- Pretendía utilizar el hijo de Yara para algo...y me da que la idea tenía que ver con el alma de Samanta...

Obviamente, no llegamos a nada. Simplemente se marchó balbuceando y yo, presa del estrés, decidí no retenerlo por miedo a cometer una locura. Aquí suena raro, pero es que ese tipo...el modo que tiene de "hablar" me saca de quicio. Está totalmente loco, pero lo peor es que sabe muchísimo sobre ese sujeto, así que es necesario intentar entenderlo, e intentando entenderlo lo único que se saca es volverse medio loco...de echo, no me extrañaría estarlo ya...
Cuando se marchó, me vi en la penosa obligación de contarle todo a "La Rubia". No fue agradable para ninguna de las dos...pero era necesario.
Regresamos a la otra orilla y allí pasamos la noche...los demás durmiendo y yo...como las noches pasadas, sin poder pegar ojo...

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