Han pasado un par de cosas desde la última vez que pude escribir, por ejemplo, en la Torre de la Corona apareció un gnomo extraviado que se nos ha terminado uniendo a la tripulación...
Tiene un extraño aparato que convierte a animales y humanoides en ovejas...no es que esté muy de acuerdo en este tipo de inventos, pero no pude evitar sentirme interesada por él.
Llegamos a la Capilla de la Esperanza de la Luz y ahí nos quedamos un tiempo. Me enorgullece decir que pasé gran parte de mi estancia dentro del recinto, aguantando mi nerviosismo y manteniendo a ralla mis pensamientos en prácticamente todo momento...de lo que no me enorgullezco tanto es de haber seguido jugando a ese jueguecito de bebida, creo que he tomado más alcohol durante este viaje que en toda mi vida...al menos no pasó nada extraño.
Bueno, puede que no ocurriera nada extraño, pero si desagradable...muy desagradable...
"La Capitana" creo que...sospechó algo, ya sea por mi nerviosismo en las capillas o por mi reticencia a hablar del pasado, o quizás ni siquiera fuera eso, a lo mejor solo se sentía vulnerable por haber desvelado tantos secretos suyos cuando yo no había contado nada...
Al final...no se cómo, pero terminé hablándole de mi maestro...claro que muy por encima, nada concreto, y no le conté ninguna de las....clases.
No se cómo sentirme sobre esto, me siento algo...expuesta y en cierto modo humillada. Preferiría no habérselo contado pero...se que no era justo.
Al menos espero poder seguir ocultando el otro asunto y los detalles de lo que le dije...
Seguía sintiéndome muy incómoda con el nuevo...pero no pienso perder el control de mis emociones. Ese tipo de sentimientos solo te debilitan, puede que de cara al público intente mostrar una actitud más abierta y realmente me alegro cuando veo a dos amigos emparejados...pero en el fondo mantengo mi postura, la pasión se agota y el amor se caduca.
No tardamos demasiado en partir hacia nuestro objetivo final...Las Ruinas del Enclave Escarlata. Allí deberíamos encontrar el whisky del encargo y podríamos al fin volver a casa...o eso esperábamos hacer...
No somos saqueadores, pero los viajes hay que pagarlos, el mantenimiento del barco, el pago a los marineros fijos que se encargan de su manejo, los alquileres en el puerto, el abastecimiento...mucha gente parece ignorar lo costoso que sale simplemente mantener una embarcación, y aunque ahora tenga oro gracias a la herencia, llevo toda mi vida sin apenas dinero...no puedo cambiar 23 años de vida en el suspiro de un mes. Así pues, hicimos lo usual, rebuscar a ver si encontrábamos algo de valor...eso es bueno no solo para nosotras, sino para los grumetes que están de prueba, pues hemos acordado que hasta que sean marineros no van a cobrar...queremos evitar a las clásicas personas que se enrolan solo por un buen negocio y luego desaparecen sin dejar rastro.
A parte de algunos objetos que vender, encontramos también a un fantasma con complejo de humorista...el pobre debería haberse dedicado a otra cosa, la verdad.
Pero eso no fue lo peor de la jornada...no, lo peor vino de manos del extraño niño...
Se comportaba de un modo muy raro...por más que le dijéramos que queríamos ayudarlo, parecía reticente a ello...sabía que era solo un niño, pero tras lo sucedido con "La Capitana" no me fío de nadie, de absolutamente nadie...que a ver, antes tampoco me fiaba, pero ahora menos.
De pronto, cuando lo íbamos a ayudar, el maldito niño echó a correr...
No hay comentarios:
Publicar un comentario