sábado, 23 de abril de 2016

Funeral de Kelarah!

Abril, 2016

Hay algo que no había comentado, pero que es bastante importante..."La Capitana" y "La Rubia" están juntas...muy juntas...


Me lo contó en Ventormenta, antes de salir. Lo cierto es que me quedé algo impactada al enterarme; a ver, que yo me alegro mucho por ellas y ya lo voy aceptando, pero las estaba empezando a ver como creo que vería a unas hermanas si las tuviera...no es fácil verlas besándose y comportándose como enamoradas...
De todos modos, podo a poco me voy adaptando, y realmente estoy feliz de que "La Rubia" haya conseguido seguir adelante, así como de que "La Capitana", tras dejar las drogas, haya podido enamorarse de verdad...porque realmente parece estarlo.
Pero hoy no voy a escribir sobre algo alegre. Hoy debo escribir sobre unos duros momentos que vivimos en Cuna de Invierno...


El funeral de Kelarah.
Fuimos muchos los que acudimos a darle el último adiós a la kaldorei que saltara desde la torre hace ya días. En mi corazón he aceptado ya su pérdida, pues la muerte es inevitable y al final siempre termina encontrándonos. Si, me habría gustado poder disfrutar más de su compañía, pero si alguien tenía derecho a decidir cuándo dejar este mundo, era ella.


Marchamos con pesar hacia su casa. En el grupo podía palparse la tristeza, y las pocas conversaciones que eran susurradas no duraban demasiado. Nuestro eterno acompañante fue el sonido de las pisadas al romper la nieve en esa fría noche fúnebre.
Aunque la casa no estaba demasiado lejos, el camino se me hizo eterno, pues sin quererlo mi mente regresaba una y otra vez ha ese fatídico momento en que saltó frente a mi y no pude hacer nada por ayudarla.


Su hija, Adahnel, dijo unas palabras en honor a la difunta cuando llegamos a su hogar. A partir de ahí la noche fue muy emotiva. Yo habría querido llevar los anillos que me regaló, y dejarlos en su hogar como si una parte de mi estuviera siempre con ella...pero por las circunstancias de su muerte, no los llevaba conmigo.
"El Capitán", quien ha pasado por momentos horribles con lo sucedido, armándose de valor se colocó frente a nosotros y tras decirnos unas palabras le dedicó un poema a la que otrora fuera su pareja.


Kelarah, mi dulce y querida amada
por mucho que pase el tiempo en balde
mi amor seguirá incesante

El destino es caprichoso y yo
fui un necio al dejarte
los ecos del pasado resonarán en mi consciencia
pues yo nunca dejaré de amarte

Si pudiera pedir algo
atrás en el tiempo volvería
solo para ver de nuevo
tu cálida sonrisa

Tu piel era fría como la nieve
mas tu brillo interior era tenue
y a pesar de lo ocurrido yo no decaeré
y te juro que jamás me rendiré
pues si muriera...¿Cómo te recordaré?

La mujer pelirroja también dio un paso al frente, entonando una hermosa canción, del mismo modo que lo hizo "La Enana Paladina". Ésta parecía haberse preparado algo, pero en el último momento lanzó el papel al viento y entonó aquello que le salió del alma.

Hija de la nieve
madre ejemplar
jamás conocí a una elfa como ella
una elfa sin par

Todos la queríamos
como a la que más
Kelarah hija de la nieve
halla a donde vayas
espero que encuentres la felicidad

Y quiero que sepas
que mientras sea tu hija mi amiga
nada a ella le pasará



Entonces fue mi turno...por mi parte, lo que más me venía a la mente era ese hermoso poema que conociera tanto tiempo atrás...

No permanezcas ante mi tumba llorando,
no estoy allí, no estoy descansando.

Estoy en los miles de vientos que los árboles mueven,
en Rasganorte sobre la brillante nieve.

Soy la suave lluvia que cae gentilmente
en los campos de Páramos de Poniente.

Estoy en la calma matutina,
de la selva de Tuercespina.

Estoy en el redoble magistral,
de las pezuñas en Nagrand al pisar.

En las cálidas y brillantes estrellas me muevo,
mientras soñando sobre Darnassus me elevo.

Estoy en los pájaros cantores
y en las cosas que inspiran pasiones.

No permanezcas ante mi tumba llorando,
no estoy allí, no estoy descansando.


Y realmente me siento así...Kelarah no nos ha abandonado. Alguien que entró en nuestras vidas como lo hizo ella no te abandona nunca.


Cuando su hija, Adahnel, esparció sus cenizas dejando que el gélido viento se las llevara, creo que todos sentimos la presencia de su madre allí, junto a nosotros...
Tras darle el último adiós, nos despedimos, yéndonos de ese níveo lugar, que guardará por siempre el recuerdo de una elfa que consiguió ganarse el corazón de todos...

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