sábado, 23 de abril de 2016

Lobito con Parche!

Abril, 2016

Hoy me ha pasado una cosa de lo más curiosa...


Tras llegar desde Dalaran a través del portal que me hicieron, decidí tomar algo en la taberna...pero ese lugar está peor que nunca, estoy empezando a estar de acuerdo con "La Capitana" y sus pocas ganas de pisar Ventormenta.
Tras ver que la cosa no mejoraba, me dirigí hacia la Catedral de la Luz, para intentar volver un poco a mi rutina de visitar ese sitio. Se que puede parecer algo raro, pero un lugar tan frío, pálido, con esos amplios techos y todos esos sacerdotes devotos de la dichosa luz suponen un buen entrenamiento para mi "problemita". Siempre que puedo intento ir, sentarme y relajarme en ese ambiente...aunque en esta ocasión, ocurrió algo fuera de lo normal...
Una extraña voz comenzó a susurrarme desde las sombras. Sabía que había alguien, aunque no podía verlo...y por raro que suene, terminé hablando con él. Supongo que le llamó la atención un comentario que hice sobre las sombras, que nunca se habían ido, y cuando le dije que no hablaba con quien se ocultaba y salí cojeando hacia la zona del cementerio, terminó por seguirme.


Me dio un buen susto cuando se apareció tras de mi; me encontraba estirando la pierna (pues al apoyarla y caminar me duele bastante) cuando simplemente habló a mi espalda.
Si, se que no debería entablar conversaciones con un desconocido que oculta su rostro tras un pañuelo rojo, pero por algún motivo ese personaje me inspiró curiosidad.
Le expliqué que me había malinterpretado, que yo me refería a las sombras de un modo bastante general...y sorprendentemente, se terminó quitando el pañuelo y contándome algunas cosas sobre él...claro que yo tuve que hacer lo mismo, pero nada comprometedor.


Por lo que me contó...me recordó mucho al otro aprendiz...él también estaba cegado por el deseo de venganza y la sed de sangre, hasta que eso...
Bueno, no se si me equivoqué o no, pero de algún modo terminé aceptando que se uniera a la tripulación. Lo peor es que mi intuición me dice que no es alguien confiable, que si descubro cómo es realmente, al completo, querré mandarlo en un barco al extremo más alejado de nosotras...pero no puedo evitar querer ayudarlo, intentar que cambie. Quizás si a él lo hubiera ayudado...
Se que no son la misma persona, pero los sentimientos no pueden controlarse. "La Capitana" ha cambiado, ella antes era poco menos que una psicópata sin escrúpulos, y ahora parece una persona totalmente distinta, así que ¿Por qué no él? Espero no estarme equivocando y haber metido a un homicida o algo peor en la tripulación...


El hecho es que fuimos juntos de regreso a Bahía del botín, donde inspeccionó nuestro barco pues, casualidades de la vida, en su día fue carpintero naval. Si resulta que este hombre consigue conducirse por un camino más o menos aceptable para nosotras, habremos logrado una importante incorporación al barco.


Cuando todos estaban charlando en la taberna, antes de que la lucha comenzara, aproveché para ir donde Grizzly a comprar algo para el dolor, que se estaba haciendo realmente insoportable. Curiosamente terminó regalándome varios elixires de algo que funciona de maravilla.
Tras eso fuimos a ver el evento. Yo solo me quedé durante el primer combate, ya que me sentía cansada y algo ansiosa por partir...esa noticia que había recibido en Dalaran me hacía desear alejarme del sur cuanto antes.


Mientras los combates seguían, yo tuve dos charlas privadas en una zona alejada. Una con "La Capitana", que sigue obsesionada con que todo el mundo quiere hacerle daño a "La Rubia"; desde que están juntas anda más paranoica que nunca. No creo que consiguiera calmarla sobre el viaje a las Tierras de la Peste, pero tras escuchar un nombre conocido, la dejé que marchara hacia su pareja, en plan guardiana.
La otra conversación que tuve fue con un extraño hombre que ocultaba su rostro con una capucha carmesí. Lo vi hablando con "El Señor del Pañuelo", y eso me lleva a preguntarme si no se conocerán de antes, o si tienen algún tipo de sociedad...
Según el hombre, se trataba de un comerciante que quería hacer negocios con nosotros. Trabaja con armas, entre otras cosas, aunque como le dije a él yo no veo ese tipo de comercio como algo necesariamente malo, las guerras las hacen las personas, no las armas.
Quedamos en hablar a nuestro regreso a Ventormenta, y partí junto a la nueva recluta bardo en dirección a la taberna.


Allí volvimos a toparnos con ese supuesto mercader, quien al proponer hacer los tratos con "El Señor del Pañuelo" no hizo sino aumentar mis sospechas sobre ellos dos. Le aclaré que los tratos los haría yo personalmente (aunque las otras capitanas supongo que también estarán), explicándole que el hombre estaba aún durante el período de prueba y que prefería encargarme yo. Aceptó, y tras un rato se terminó marchando.
La gente regresaba a la taberna, después de la lucha en la arena, y entre otras cosas, pude cobrar la mitad de lo estipulado por el encargo...pero nos esperaba una desagradable sorpresa para cuando nos encontrásemos con las otras dos capitanas...


Resulta que "El Señor del Parche en el Ojo"...¡Es un huargen! ¡Será hipócrita! Todo lo que criticó a "El Señor con Coleta", su comportamiento con el hijo de Yara...y resulta que es un huargen...
La verdad, esto me ha dejado completamente impactada, pero entre los nervios por mi propia noticia y el mago que nos haría el portal hasta la Vega del Amparo, que llevaba ya rato esperando, pienso que no traté el tema como debía y apresuré mucho la salida...


Una vez cruzamos el portal, lo primero que hicimos fue buscar dónde quedarnos. Por suerte encontramos una posada en la que nos recibieron de forma amable.
"La Capitana" y "La Rubia" se fueron a un aparte para hablar...del lobito, me imagino. Fui a ver cómo estaban, pero al verlas juntas decidí dejarlas solas...ahora que son pareja debo acostumbrarme a dejar que estén ellas dos solas más tiempo.
El resto nos quedamos en la casa, y la recluta bardo, "Busca Pleitos" y más tarde "La Rubia" nos pusimos a jugar a un extraño juego de bebidas propuesto por el hombre.


Íbamos por turnos, debíamos hacer una pregunta general para todos, y quien no quisiera responderla debía beber. Yo no suelo tomar alcohol, por lo sucedido la primera y única vez que me emborraché, pero en esta ocasión parece ser que no hice nada extraño, ¿Quién sabe? Quizás aquello solo ocurriera por ser la primera vez...

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