sábado, 23 de abril de 2016

El Niño y el Gato!

Abril, 2016

El día de hoy ha sido más o menos tranquilo...bueno, tuvimos un incidente con un no-muerto, pero logramos reducirlo...


Durante un tramo del camino se nos añadieron dos hombres más, aunque solo por un trecho. No tardaron en irse tras la escena con el no-muerto...el tipo hablaba sobre la plaga, y que moriríamos...creo que estaba ya bastante hecho polvo...por suerte para nosotros, pues terminó en una hoguera.
Luego de eso realmente no pasó nada más llamativo...


"El Señor con Pañuelo" determinó que los edificios en que queríamos pasar la noche eran demasiado inestables, demostrando de nuevo que si resulta ser de confianza será una adhesión muy buena para la tripulación.
Tras descartar esa zona, fue a dar una vuelta por el lugar, encontrando en la orilla un pequeño embarcadero junto a los restos de una cabaña de pescador y una especie de cuadra pequeña. Dejamos las monturas y tomamos el bote que había, pues en la isla que se encontraba en el lago podían adivinarse varias construcciones que bien podrían servirnos de cobijo.


Llegamos al lugar y nos pusimos a investigarlo junto al niño y su bonito gato. El niño...es verdad...supongo que tengo el instinto maternal atrofiado. Para el viaje había alquilado una carreta, que llevaría un conductor contratado, por si "La Rubia" se encontraba mal o estaba muy cansada como para ir a caballo; he leído que eso es peligroso, y pensé que sería buena idea.
Sin embargo a mitad de camino escuchamos unos extraños ruidos que provenían de ella...ahí fue donde encontramos al niño, al que vamos a tener que acompañar hasta su destino y a su gato "Noche", un minino negro con el que estoy embobada. Me dejó llevarlo conmigo, sobre el caballo, y llevo toda la noche con él...siempre he querido tener un gato negro, desde que era una niña...desde que vi a ese y envidié su capacidad para camuflarse en los oscuros bosques de Ocaso.


Entramos al castillo mientras yo seguía sosteniendo al gatito, encantada de la vida con él. Subimos hasta la segunda planta, y tal como había dicho nuestro carpintero naval, ese piso estaba derruido y la lluvia caía con fuerza...supongo que ser huargen tiene sus ventajas.
Al final decidimos establecernos en el balcón que da al otro lado de la isla, atravesando la montaña. Este sitio apenas tiene huesos y es bastante tranquilo.


Tras encender las velas que habían abandonadas allí, nos pusimos a jugar a ese extraño juego, pero con el potingue hecho por "La Rubia". Fue asqueroso, así de simple...y lo peor es que no hacían sino preguntar cosas que no podía responder...
Ese mejunje tenía...excremento de conejo...asqueroso, simplemente asqueroso...
De todos modos fue un rato medianamente agradable, con alguna pregunta que me puso de un humor taciturno de cuando en cuando, pero al fin y al cabo, fue un buen rato. Este juego me gustaría si no tuviera que responder yo a nada...espero que si lo volvemos a jugar sea con zumo de melón.


Ahora, mientras los demás duermen, me dedico a observar la lluvia mientras acaricio al gatito. Nunca he sido lo que se dice una ladrona, pero estoy planteándome seriamente quedarme con él...cuando lo vi por primera vez en la carreta, juraría que me miró como si quisiera que lo apartara del niño...

No hay comentarios:

Publicar un comentario