sábado, 13 de febrero de 2016

Buscando al Enmascarado en montañas Crestagrana!

Febrero, 2016

Antes de ir a la segunda reunión del concilio, sin duda lo más destacable de la noche fue la aparición de "Pelo Bonito", amnésica tras caerse de un barco...o más bien, tirarse...


Sin embargo no pude quedarme mucho tiempo allí, pues el tiempo apremiaba y se me hacía tarde. Me dirigí tan rápido como pude al castillo de Ventormenta, donde tendría lugar el acto...y en qué mala hora lo hice...
De nuevo, me fui al poco de empezar la reunión, y por la misma razón de la vez pasada. Quise darle otra oportunidad al concilio, esperando que el tema de los brujos no volviera a tratarse, pero no fue así, de nuevo ocurrió exactamente lo mismo. Al menos en esta ocasión no fui ni la única en pensar así, ni la única en marcharse.


Cuando pienso en como me sentí, mientras estoy cómodamente sentada escribiendo, no logro entender el porqué de mi reacción desmesurada...y no me refiero a irme en plena reunión, pues poco me interesa lo que tengan que decirme un grupo de personas que generalizan sin tratar si quiera de comprender a otros...me refiero a la rabia, la ira, la furia que bullía en mi interior cuando salí de allí. Al pensar en ello, me cuesta entenderlo.  Si, ese tipo de cosas siempre me han molestado, pero no creo que debiera haberme enfadado tanto...sentía una especie de...no se explicarlo,  pero era como si quisiera salir de mi propio cuerpo y estallar en mil pedazos, llevándome por delante a cualquiera.


Llegué a la taberna, intentando calmarme, y me encontré con "La Capitana". Al preguntarme por mi estado de ánimo, empecé a desahogarme, encontrando apoyo en un desconocido que también estaba allí. Pero esa conversación no sirvió para aplacar la tormenta de mis sentimientos, al contrario, la sensación de querer estallar en cualquier momento era cada vez mayor, hasta que llegó un punto en el que creí que no podría soportarlo un solo segundo más, entonces fue cuando salí de la taberna y me dirigí al callejón en el que tantas peleas he visto.
Colocándome en la esquina, fuera de la vista de curiosos, me quité los guantes...el ligero temblor de mis manos no me pasó desapercibido. Necesitaba sacar esa sensación de mi, desahogarme de algún modo...así pues, generé una pequeña bola de magia arcana que fue creciendo en mis manos, poco a poco, poco a poco...la separé de las mismas, aumentando su tamaño, y dejando que la magia fluyera por mis venas con velocidad, haciendo girar la esfera y manteniendo el poder que contenía ésta en un continuo movimiento...notaba como mis sentidos se embriagaban ante la sensación de poder, ante el uso embriagador de mi magia...me sentía calmada, y a la vez eufórica, como un sediento náufrago que bebe agua fresca tras su tormento...y entonces, cuanto el tamaño de la esfera parecía seguir aumentando y mi cuerpo se veía colmado por tan exquisita sensación...la voz de alguien me sacó de mi ensueño.
Había cerrado los ojos, sin ni siquiera ser consciente de ello, pero en vez de horrorizarme tanto como lo estoy ahora al pensarlo, simplemente desvanecí la esfera y tras soltar una maldición me alejé de allí. Vagué sin rumbo fijo, intentando calmarme. Me sentía extraña, muy extraña...pero no tuve mucho tiempo para analizar el asunto, pues cuando me quise dar cuenta estaba en las puertas de la ciudad, y "La Rubia" y "El Señor con Coleta" se encontraban frente a mi.


Me explicaron que iban a una feria, y tras invitarnos tanto a mi como al resto de miembros de la tripulación, le dije que buscaría a los demás para ir con ellos. Necesitaba pensar en otra cosa, y de echo la breve charla me había ayudado bastante, por lo que sin más demora, me apresuré a buscarlos.



Estaban en el mismo callejón del que escapara antes, hablando con una elfa. El "Ex-Capitán" tuvo que marcharse, pero "La Capitana", un nuevo tripulante huargen y la pareja, tras contárselo, estuvieron dispuestos a enfrascarse en un viaje a Crestagrana. "Busca Pleitos" nos había abordado en pleno callejón, diciéndonos que un hombre enmascarado nos buscaba para que fuéramos allí, o algo así...la verdad, no lo recuerdo demasiado bien. En esos momentos me sentía ansiosa, molesta, como si me hubieran dado a probar un manjar exquisito solo para apartarlo de mi al segundo bocado. El caso es que una mujer nos esperaría en la entrada de la ciudad, y tras reunirnos con ella, nos dirigimos a Montañas Crestagrana.



Al llegar, un guardia nos obligó a parar. Accedió a dejar pasar a todo el grupo menos a "La Capitana" y a mi, por suerte para todos, el paseo me había calmado, y ya me sentía casi como siempre.
Por lo visto el enmascarado está en busca y captura, y el hombre nos ofreció 25 monedas de oro si lo llevábamos con vida ante él. "La Capitana" aceptó el encargo, aunque primero regateó con el hombre...a su manera, claro, y una vez en Villa del Lago, la joven que nos acompañaba nos comunicó que tendríamos que tomar un bote y atravesar el lago hasta nuestro destino.
El paseo fue desagradable, muy desagradable...no pienso explayarme en un acto tan deleznable como el que vimos, pero baste decir que una mujer estaba siendo forzada por dos desgraciados a bordo de un bote. Conseguimos salvarla, y aunque uno de ellos pereció en el fondo del agua, el otro acabó inconsciente. "La Capitana" lo ató y amordazó, declarando que se lo quedaba para experimentar con él...espero que le de su merecido...se que es cruel y que lo justo sería entregarlo a las autoridades, pero después de presenciar lo que le hacía a esa pobre mujer, no puedo sentir lástima por un ser así.
Dejamos a la víctima en un campamento de la alianza que encontramos en un muelle, y de paso indagamos a cerca del paradero del enmascarado.


Allí nos informaron de la necesidad de seguir el lago por donde se estrechaba si queríamos lograr nuestro objetivo. No tardamos en regresar al bote, pero el camino no fue tan sencillo como nos esperábamos. Avanzamos lo mínimo y ante nosotros encontramos... bueno, chocamos con un cúmulo de rocas que nos impedían el paso. Tras debatir varias posibilidades, me dijeron que hiciera un camino de hielo para pasar por encima, pero tengo experiencia con ese tipo de cosas y el hielo no es algo agradable sobre lo que pasear, por lo que pidiendo que apartaran la barca, me dispuse a hacerlas desaparecer.
No supe medir mi magia, y terminé reventando las rocas de un modo demasiado brusco..."La Rubia" incluso me miró extrañada, aunque los demás me vitorearon, pero se que no debe repetirse de nuevo, la clave está en medir el uso de magia necesario para cada cosa...
Nos encontramos más rocas por el camino, y conseguí eliminarlas todas, aunque de un modo más mesurado; sin embargo, cuando las rocas terminaron, nuestro problema fue una enorme cascada...
Volví a usar mi magia, y pidiendo a todos que confiaran en mi, conseguí ralentizar la caída de todos ellos, incluyendo la mía propia al final. Solo hubo un pequeño incidente...una de las mujeres que venía con nosotros casi se ahoga por el peso de su armadura, pero entre mi magia y la ayuda prestada por otro miembro de mi tripulación, conseguimos sacarla.


Exploramos un poco la zona, encontrando algunos cadáveres de orcos...los cuales saqueamos, y aunque me diera un poco de asco y pena por ellos, al encontrarme una bolsita con dientes de oro se me pasó al instante.
No tardamos en seguir un rastro de sangre que subía por la montaña, pero ante el evidente resfriado de "La Rubia" insistimos en parar para que descansara aunque fuera un poco.



Cuando yo buscaba unas ramas con las que prender un fuego, y el nuevo recluta huargen se dedicaba a ir marcando su territorio por los pobres árboles de la zona, un jinete pasó a toda velocidad disparándome en su carrera. Por suerte, no alcanzó a darme, pero parte del grupo salió en pos del tipo, y el resto tuvimos que hacer lo mismo. Preferiría haberme quedado allí y que "La Rubia" no se viera sometida a la carrera, pero no tuvimos alternativa.


Llegamos hasta la costa, y allí vimos dos barcos que enseguida comenzaron a bombardear un pueblo cercano. La joven que nos acompañaba no paraba de repetir que ella tenía que ir sola a uno de los barcos, pero en nuestra tripulación no se abandona a nadie, y conseguimos hacérselo entender.
No lográbamos ponernos de acuerdo con el modo de proceder, hasta que comenzamos a ver movimiento en uno de los navíos...subían el ancla, y el tiempo se nos agotaba, por lo que saltamos al agua en dirección al barco.


Aunque hicimos todo lo posible por no llamar la atención, alguien del barco alcanzó a ver a la que se empeñaba tanto en ir sola, disparándole y acertando de lleno en el brazo. "La Rubia" paró la hemorragia como pudo, y teniendo en cuenta que estábamos en pleno mar, fue algo muy impresionante.
El resto de acontecimientos parecieron sucederse de un modo apresurado y nervioso. La capitana trepó por el navío, quedándose colgada de éste. La herida pidió al huargen que la impulsara y consiguió su empecinado objetivo de entrar sola en el barco, y yo le pedí al huargen que me impulsara hasta alcanzar el brazo de "La Capitana"...tarde me di cuenta de sus garras, y para que no se me vuelva a olvidar, una de ellas se me clavó profundamente en el brazo, haciéndome sangrar.
El navío avanzó, internándose en el mar y dejando al resto del grupo a su suerte, mientras nosotras seguíamos enganchadas a la madera.Tratamos de entrar en el barco al escuchar ruidos, pero no pudimos...cuando nos dimos cuenta, un desmadejado cuerpo caía al mar. No hubo tiempo para pensar, simplemente saltamos y me concentré todo lo que pude, creando un portal que nos llevara a Ventormenta a las tres.
Una vez allí no perdimos ni un segundo, llevando a la herida a la Catedral.


El plan era dejarla allí y que se encargaran de ella, sin preguntas de ningún tipo, pero una extraña gnoma apareció y comenzó a interrogarnos. "La Capitana" respondió a su manera, mientras yo daba gracias por que la túnica se me hubiera subido antes de clavarme su garra, evitando que se rompiera y permitiéndome ocultar la herida.
Cuando pudimos marcharnos, le expliqué a mi compañera lo extraño que me parecía todo lo sucedido con anterioridad, aunque ella, como siempre, no parecía verlo del mismo modo que yo.


Nos despedimos y al salir del edificio me encontré con "busca Pleitos", que tras mis preguntas terminó insinuando que éramos unos inútiles...me controlé, tratando de calmar las ganas que tenía de transformarlo en cucaracha y aplastarlo con mi bastón para enseñarle lo inútil que era...
También me encontré con el huargen nuevo. Al parecer, Shei los había recogido a él y a "La Rubia", dejándolos a salvo en la ciudad.


Me despedí y corrí a buscarlo, pues "La Capitana" me había encomiado la tarea de dejar en su camarote al individuo que abandonamos en el bote, amordazado y atado, antes de saltar por la cascada. Y a eso voy ahora mismo...he parado para comer algo, pero espero partir enseguida...no es un asunto que me entusiasme cumplir, pero ese miserable podría conseguir escaparse y entonces existiría la posibilidad de que encontrara nuevas víctimas...y eso no voy a permitirlo...

1 comentario: