sábado, 6 de febrero de 2016

Castigo o premio?

Febrero, 2016

Sentí su presencia mientras el combate daba comienzo. Levanté la vista y observé su silueta en la lejanía; estaba harta de esperar, harta de no saber lo que vendría a continuación. Escapar no tenía sentido, eso lo sabía, así pues, lo seguí...


La sombra de su presencia se alejaba de la multitud, de la seguridad, internándose en los árboles circundantes. Me hice invisible, pues no quería que nadie me siguiera, y casi sin pensar, me interné en la oscuridad de la noche.
Allí estaba él, de espaldas. Al verme se giró, y empezó a hablarme...

- Hola, "Corderito". ¿Qué tal la celebración? ¿La disfrutaste?
- Mucho...ahora, dime qué es lo que quieres de mi
- Cumplir con mi promesa, eso es todo. Se que en Draenor me mostré algo...¿agresivo? Pero te aseguro que no era mi intención matarte
- Pues lo disimulaste muy bien -respondí, sarcástica
- No me quedó más remedio que hacerlo. Sabía que no aceptarías venir conmigo por las buenas, y si te dejaba marchar felizmente...entonces tu problema no sería yo...
- ¿Te importaría dejar los acertijos y hablar con claridad? Todo esto empieza a cansarme
- La paciencia es una virtud que todo mago ha de poseer -sonrió de lado- Sin paciencia, se puede derivar en...otras cosas.
- Al grano. Dijiste que sería castigada por perder el torneo...bien, aquí estoy, ¿qué castigo es ese?
Su sonrisa poseía un deje de regaño, como si un pupilo rebelde hubiera desatendido sus
lecciones
- Tu castigo...es saber la verdad...
- Eso no es un castigo
- ¿No? -sonrío de forma perversa- Depende de que verdad sea
- "Preferimos dulces baldes de mentiras antes que amargas gotas de verdad"...esa frase no va conmigo -lo miré fijamente, sin titubear, harta ya de mi ignorancia
- Es un alivio, entonces, pues lo que voy a contarte, no tiene ni una gota de dulzura...

Y tras decir eso, me lo dijo...escuché todo lo que me contaba sin emitir sonido alguno, y apostaría todo lo que me queda a que mi rostro no evidenciaba nada. Mi cara se sentía fría mientras lo escuchaba...la sentía rígida, y aunque jamás se me pasó por la cabeza esbozar expresión alguna en un momento como ese, estoy segura que de haberlo intentado no habría podido.
Finalizó su relato, y el rostro que antes mostrara una sonrisa cínica, estaba ahora serio. Eso era casi peor. Me preguntó algo, aunque no consigo recordar qué era. Lo que si recuerdo es que dio un paso en dirección a mi, y yo, por inercia y pese a mi estupor, retrocedí. Observó el gesto, impasible...la sonrisa volvió a sus labios y tras decir algo más, desapareció en la noche.
Yo tardé bastante en reaccionar, aunque cuando lo hice, me encontré a mi misma sentada en el suelo, con las piernas doblabas como si me hubiera dejado caer, los guantes a un lado, y mi mirada clavada en mis resplandecientes manos...
Ahora, arropada al calor del crepitante fuego, mi mente es capaz de analizar mejor todo lo que me dijo. No se si creerlo o no, pues nuestros encuentros no han sido lo que se dice...agradables. Pero todo encaja...¿Será cierto?
Lo que está claro es que debo partir de inmediato...necesito comprobar al menos esa parte de la historia...
Él tenía razón, romper mi burbuja de ignorancia no me ha hecho sentir mejor, al contrario. Quizás debería haberme marchado, no haberlo escuchado. Estoy segura de que fuese cual fuese el resultado del torneo, me habría dicho exactamente lo mismo, pues la información que me dio, es tanto un premio, como un castigo...


No hay comentarios:

Publicar un comentario