jueves, 18 de febrero de 2016

Fantasma a bordo!

Febrero, 2016

Al parecer, la segunda planta del Cerdo Borracho, está más concurrida de lo que pensaba...


Un joven mago se me acercó, preguntándome sobre...otro mago, cuyo nombre no recuerdo ahora mismo. Al parecer, quería ser su aprendiz, o el de otro mago que estuviera dispuesto a enseñarle. En algún momento de la conversación surgió el tema de que yo misma era maga, y me preguntó si estaba interesada...obviamente le dije que no, pobre del desgraciado que caiga en mis manos...
Me despedí de él, diciéndole que si averiguaba algo sobre el hombre que buscaba, se lo haría saber, y me dirigí al Ermitaño Taciturno, donde últimamente me encuentro más a gusto. Creo que esta ciudad me está convirtiendo más en una maga convencional, ya incluso me siento incómoda con pantalones y camisa, o con túnicas sencillas...eso si que es raro.


Allí estuve con otra tripulante y con el mago que encontrara la vez pasada, "El Mago Rojo". Tuvimos una charla interesante, pero no pude evitar fijarme en la mesa contigua, donde había preguntado antes acerca del mago que requería el joven aprendiz, transmitiendo su mensaje de que lo buscara, al ver que lo conocían. Pero lo que me llamaba la atención de esa mesa, en ese momento, era un gnomo que parecía estar vendiendo bastantes artilugios. Fui por un instante, pidiéndole hablar luego, cuando terminara con sus compañeros de mesa, y no tardó mucho en indicarme que saliera fuera, donde tenía la mercancía, para hacer negocios.


El resto de parroquianos salieron con nosotros, por curiosidad, supongo, y una vez en el exterior, el gnomo sacó de su máquina voladora una bolsa con las mercancías.
"El Capitán" se nos unió en pleno trapicheo, y tras saludarlo seguí con el asunto entre manos. Quería comprar unos transmisores, para evitar lo sucedido la vez pasada...muchas vidas se habrían salvado si nos hubiéramos podido comunicar de un barco a otro.
No me fiaba mucho del gnomo, para que voy a mentir, y tras discutir un poco, me dijo que tirase el transmisor contra el piso, para que comprobara su durabilidad. Así lo hice, y sorprendentemente, permaneció intacto. "El Capitán" probó también, dándole con su arma...y el cacharrito resistió. Tras eso, di la compra por echa. Conseguí que me cobrara ocho oros por cuatro transmisores, prometiéndole comprar más si comprobaba su calidad. Me regaló el que habíamos empotrado contra el suelo, supongo que intentando fidelizar clientes...aunque no puedo negar que eso me extrañó bastante. Lo único malo, es que los transmisores solo pueden estar en la frecuencia 23.2, o la horda podría localizarnos, pero bueno, por probar...
El problema es que el oro salió de mi bolsillo...no se si "La Capitan" le daba una suma de dinero al anterior contramaestre para reparaciones y reabastecimiento, pero tampoco se muy bien cómo abordar el tema...creo que hay un par de mejoras que se le podrían hacer al barco, pero claro, ¿cómo lo pago?.
Tras terminar las compras, "El Capitán" y yo fuimos al navío, encontrándonos en el muelle con un elfo que decía querer unirse a nuestra tripulación. Lo hice pasar, para que conociera a "La Capitana", por simple formalidad, pues ella no parece rechazar a nadie.


Pero el pobre elfo tuvo una bienvenida un tanto extraña, ya que esa noche no sería demasiado normal.
"La Rubia" comenzó a decir que veía a un hombre sin camisa, que le hablaba...un fantasma. Al principio pensamos que era cosa de la medicación, pero al final terminamos convenciéndonos. La joven había ingerido una mezcla de hierbas compradas en un herbolario, y ante la suposición de que estas causaban el fenómeno, le pedí que me dejara tomar algunas.
En el barco estaban también "El Mago Rojo" y "El Aprendiz de Mago", pero al encontrarse alejados, no parecieron percatarse de mucho...al ingerir las hierbas, yo si que me percaté de muchas cosas...



De repente, vi unos ojos que se salían de sus cuencas, justo frente a mi, y del susto salté al agua. Volví al barco, chorreando y escurriéndome la toga como buenamente podía. Ya podía ver al fantasma, y se trataba de un burlón aburrido con ganas de enseñar sus trucos repugnantes. Antes, cuando solo "La Rubia" lo había podido ver, le confesó que uno de los tablones de su ataúd había sido usado para reparar el barco...lo que nos faltaba, un tripulante fantasma...
Volvimos dentro, siendo ahora varios los que podíamos verlo...y en qué mala hora me tomé esos polvos. Cuando me fui a cambiar, el muy pervertido se coló en el camarote, suerte que ya estaba vestida. Y al salir, mientras intentaba terminar con mi lista, preguntando a los tripulantes, no dejaba de susurrarme y tratar de meterse en mi mente. Terminé con ganas de resucitarlo solo para poder matarlo yo misma...


Por suerte, el ser desapareció al rato, no se si fue a hacer amigos al cementerio o a torturar a otros, pero al fin podía estar tranquila. Tras entregarle la lista a "La Capitana", pidiendo su aprobación, aproveché para hablar en privado con "El Señor del Puzzle", que para variar, había entrado en plan sigiloso.
Esa misma noche, antes de la aparición del fantasma, "El Capitán" nos había confiado que los bandidos de la vez pasada buscaban algo que él había encontrado en Draenor, durante una campaña. Era una especie de librito, y según él, brujo. Habíamos discutido como proceder, pero ante mi propuesta de consultarlo con un brujo, se mostró horrorizado, llegando a caldearse un poco el ambiente. Se que es un paladín, pero por los dioses, todos sabemos que existen brujos, condecir que no, bastaba.
Al final, pareció aceptar que lo consultara y...bueno, le pregunté al "Señor del Puzzle", que se ve que sabe del tema...



Me dijo que seguramente estaría hechizado, que podía ser un hechizo de sangre o estar ligado al alma de su dueño, con lo cual, para destruirlo (que era lo que "El Capitán" quería) habría que romper ese vínculo. No le conté nada más, pues ni me fío de él, ni me parecería justo divulgar a la ligera una información confiada en privado. Tras agradecerle la información, regresamos con el resto, sin embargo yo me quedé con "La Rubia", que estaba sola en la cubierta, sumida en sus pensamientos.


Me contó varias cosas interesantes...le va mucho mejor con el huargen, pero no pasa lo mismo con su hermano, el del parche. Parece ser que no le gusta tener un cuñado peludo...
Tras asegurarle que tendría cuidado en presencia del hombre, seguimos hablando animadamente sobre su boda. Le comenté que en Draenor había visto hermosos lugares, pero que al ser una tierra tan peligrosa, realizar una boda allí sería, cuanto menos, arriesgado.
"La Capitana" y "La Chica con Problemas" se nos unieron, y aproveché para comentarle la idea de añadir un cartógrafo y un sanador a la tripulación...con un "cuantos más, mejor, no?" me dio su aprobación, o eso creo...
La conversación derivó al dichoso viaje a Uldum...bueno, a Kalimdor, por que en teoría visitaremos Tanaris, Uldum y el Cráter de Un'Goro. Va a ser eterno, espero que me permita aprovisionar el barco como es debido, para tamaña travesía...
Como era ya demasiado tarde, terminamos dispersándonos, esperando vernos al día siguiente...aunque lo único que yo espero es no soñar con ese fantasma desagradable..."La Capitana" se lanzó hacia él, con sus garras, intentando partirlo en dos...y el muy asqueroso fingió que lo conseguía, desparramando sus intestinos fantasmales por la cubierta...puaj!

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