miércoles, 10 de febrero de 2016

El regreso!

Febrero, 2016

No me extenderé demasiado en esta entrada del diario, pues tras los acontecimientos presentes no me siento con ánimo de escribir mucho...


Me desperté de golpe, y por si no haber dormido apenas no fuera suficiente motivo para sentirme irritada, el desagradable sonido que hizo mi estómago exigiendo comida no contribuyó a mejorar mi humor.
Me he pasado toda la noche dando vueltas al asunto, vueltas y vueltas y vueltas y más vueltas hasta que me sentía, literalmente, mareada. Y he llegado a una simple conclusión...nadie, excepto el elfo, puede ayudarme a dar una respuesta a todas mis preguntas...bueno, hay otro modo pero...no, por ahora pienso tomarme las cosas con calma, bastante ha sufrido ya mi pobre cabeza con tanta locura. Voy a esperar a que el elfo contacte conmigo, y mientras tanto, planeo seguir con mi vida y con los viajes que tenía planeados. Mientras me mantenga alejada del norte de Los Reinos del Este, según me dijo, estaré a salvo. Y si, puede ser que intentara matarme en Draenor, pero todo lo que me contó encaja, y puesto que en ésto me dijo la verdad, creo que mi mejor opción es confiar en él...por ahora, y dentro de lo posible, claro.
Tomada esta decisión, y tratando aclarar mi mente, regresé a las orillas del lago, esta vez por otro de sus lados, divisando a lo lejos lo que parecía ser una...sombrilla de playa. Era un buen objetivo en el que centrarme, y con ganas de ocuparme de otra cosa que no fuera darle más vueltas al asunto, me quité la toga y nadé hasta allí.
Desde luego, no esperaba encontrarme un nido de mariposas, pero tampoco lo hallé...


No tuve que acercarme demasiado para notar que había algo raro con la escena...



No se qué fue más perturbador, si los tentáculos que se retorcían de un lado a otro, o el esqueleto de un hombre con caña de pescar y una espada clavada cerca de la pelvis. ¿Para qué mataría alguien a un pescador? ¿O simplemente estaba allí pasando el día? En fin, otra duda más para la colección, aunque esta, sinceramente, me importa más bien poco...algo extraño estaría haciendo si se fue a pescar a semejante sitio.


Cansada de tanta locura regresé a la orilla en la que había dejado mi bolsa...y aquí estoy ahora, preparada para teletransportarme de vuelta a Ventormenta y pasarme el día entero durmiendo...después de darme un buen baño y de comer deliciosa carne asada, claro. He sacado algo en claro de este horrible viaje, con tan nefastas revelaciones...por muchos problemas que se tengan, las necesidades básicas, como el hambre, no se detienen...la vida sigue su curso, aunque para nosotros el mundo parezca haberse parado.

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