Pasé todo el día estudiando en la biblioteca del Barrio de los Magos...cuando salí, me sentí como si tuviera resaca en medio de un desierto...
Desde allí me dirigí a la taberna El Ermitaño Taciturno. Suele estar bastante tranquila, y puesto que en Ventormenta lo que estoy alquilando es una pequeña habitación, su sótano serviría mucho mejor a mis propósitos. Solo tuve que pagar unas cuantas doradas al tabernero, para que me la cediera por unas horas.
Allí practiqué alguno de los hechizos que podría necesitar en mi viaje, solo por sentirme más segura.
La ilusión se me da cada día mejor, y el crear copias de mi persona que puedan confundir a posibles enemigos es algo que espero poner pronto en práctica en momentos de necesidad. También puedo hacer creer a otros que soy otra persona sin apenas dificultad, sobre todo si esa persona me es conocida; siempre se me ha dado bien esta escuela y después de todo, lo importante no es lo que eres, sino lo que la gente cree que eres...lo cual resulta increíblemente útil cuando vas a hacer lo que yo.
Recogí mis bártulos y subí a por mi merecido zumo de melón. Tras pedirlo, ignorando la extraña mirada del tabernero, puse mi grimorio sobre la mesa y comencé a escribir algunas anotaciones de utilidad.
Justo cuando terminaba de esbozar la última letra, escuché a "La Capitana".
Estaba con el paladín que conociera hace poco, en esa misma taberna, y los tres estuvimos hablando durante un rato sobre la movilización de los guilneanos, que tras pegar carteles por toda la ciudad, planean dirigirse a unas islas para colonizarlas. En el cartel que yo había recogido, y que le mostré en ese momento a "La Capitana", no se especificaba la zona, pero el hombre me dijo que se encontraban cerca de Guilneas. Quien sabe, quizás empiecen por unas islas y terminen pasando al continente. Sería algo increíble, cuanto menos, y necesario, pues pensar en esa impresionante ciudad despoblada da mucho sobre lo que meditar con respecto a las prioridades de la Alianza...se han mandado destacamentos a Pandaria, construido impresionantes fuertes en Draenor...pero la mitad de Ventormenta sigue derruida y los huargen malviven en el tronco de un árbol de Darnassus...
Cuando la conversación se trasladó hasta el concilio que se celebrará la semana que viene en la Catedral, para dirimir ciertas cuestiones de interés, no me quedó más remedio que nombrar la posibilidad de mi ausencia, por el viaje en ciernes. Creo que no supe explicarme demasiado bien, pues me pongo algo nerviosa cuando oculto información o miento."La Capitana" se mostró sorprendida por la noticia, y pidió hablar en privado en el piso de arriba. Aunque al subir, nos vimos interrumpidas por el "Señor del Puzzle", conseguimos hacerlo bajar de forma...nada discreta, pero efectiva al fin y al cabo.
A mi compañera no le conté mucho...que el elfo me había dicho algo, que debía viajar para hacer una comprobación, que tenía que hacerlo sola, que me infiltraría en un zeppelin de la horda para llegar antes a los Claros de Tirisfal...me costó convencerla de que lo mejor para mi era viajar por mi cuenta, pero al final lo logré, consiguiendo incluso su promesa de encargarse de Shei si tardaba más de dos semanas en volver. Es mejor ser previsores...
Tras regresar al piso inferior, nos encontramos con que el paladín se había marchado, y "La Capitana" no tardó mucho en seguir su ejemplo. Una vez solos, el "Señor del Puzzle" y yo, no tuvimos mucho más de lo que hablar, así que nos deseamos suerte en nuestros respectivos viajes (él iba a ver a su maestro o algo así...no se porqué me ha venido a la mente el sonido de una respiración dificultosa...) y nos despedimos.
Ya lo tengo todo preparado para partir...salvo mis nervios, claro. Creo que estoy sudando adrenalina, y eso que todavía no he puesto un pie fuera de casa. Planeo pasar primero por Forjaz, para ver a Shei y asegurarme de que "El Guardián" se lo entregue a "La Capitana"si no regreso en dos semanas. Ojalá pudiera llevarlo conmigo, sería un consuelo...
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