sábado, 27 de febrero de 2016

Gato manipulado!

Febrero, 2016

Me acerqué a la catedral, pues era una de esas mañanas en las que me levanto con la mente nublada por pensamientos desagradables, esos problemas en los que prefiero no pensar...cuando me encontré con "El Capitán", orando...


Como ambos parecíamos tener ganas de dar una vuelta, coincidimos en que salir de la ciudad era lo mejor, pues a esa hora tan temprana no hay realmente mucho que hacer allí. Fuimos a un lugar de Bosque de Elwynn, conocido por mi acompañante, y ahí estuvimos un rato hasta que decidimos regresar nuevamente a Dalaran, pues "El Capitán" se había dejado allí el libro la última vez que lo visitamos.



Nada más llegar, en nuestro camino encontramos a un pequeño gatito, bastante mimoso, que nos siguió luego de hacerle algunas carantoñas. Fuimos al mismo sitio de la vez pasada, pero con resultados muy distintos...al sostener el libro, nos dimos cuenta de lo mucho que pesaba, y un mago cercano que había tomado interés en nuestra discusión, tras pedir que se lo diéramos, dictaminó que no era realmente un libro...si no un ladrillo que buscaba llevarnos a engaño.



 Tras lo dicho, una tenebrosa voz sonó desde la terraza, y fuimos a ver de qué se trataba, encontrándonos al salir al dichoso gato situado en la barandilla del balcón...y...hablando.
Conocía nuestros nombres, pero la charla no fue lo que se dice larga, pues cuando se hizo el interesante se lanzó al vacío. Nos apresuramos a bajar, solo para encontrarnos el desmadejado cuerpo del minino en el mismo estado que el bandido de la vez pasada...parecía que alguien lo había estado controlando...



Estuvimos largo rato discutiendo cómo proceder después de todo lo acontecido, pero al final terminamos por regresar a Ventormenta y visitar la casa de "El Capitán"; había dejado el libro allí una temporada, y queríamos ver si encontrábamos algo...pero nos dimos cuenta de lo absurdo de nuestra idea, y apenas revisamos nada, marchándonos con prontitud.



Finalizamos el encuentro en el cementerio, donde lo acompañé a visitar algunas tumbas...es la primera vez que voy con alguien que tiene a seres queridos enterrados allí. La sensación fue distinta, pues si cuando yo voy sola siento paz y calma en ese lugar, cuando fui con alguien que ha enterrado a mucha gente querida bajo esas lápidas, el sentimiento era de tristeza e impotencia ante el cruel destino de aquellos malditos por la mortalidad.

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